El pago a los músicos e intérpretes que protagonizan las actuaciones y pasacalles de los cientos de formaciones vinculados a las Sociedades Musicales de la Comunitat se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para las Juntas Directivas de las bandas que si bien por un lado están obligados a realizar una buena gestión de su contabilidad para poder acceder a las ayudas previstas, en muchas ocasiones se encuentran con grandes dificultades a la hora de cuadrar sus cuentas.
Sin duda, uno de los principales escollos para ello es la forma de pago a los miembros de la formación tras las actuaciones de las bandas, pues si bien es habitual que la Sociedad Musical corra con todos los gastos relativos a los espectáculos en los que participa, el carácter no profesional de los músicos dificulta muchas veces que las dietas previstas se materialicen de forma más transparente posible.
El problema no es nuevo y afecta de forma casi uniforme al conjunto de las Sociedades Musicales valencianas, un hecho que no ha pasado desapercibido para la Federación que se ha puesto manos a la obra para tratar de encontrar una solución que satisfaga a todas las partes: a los músicos, que necesitan recibir un mínimo para compensar los gastos derivados de las actuaciones; a las Sociedades, que tienen la obligación de cuadrar sus cuentas; y a las instituciones, que son las responsables de velar por el cumplimiento de las normas.
La solución, que podría ser la definitiva, se dio a conocer el pasado fin de semana en el marco de una jornada que resultó ser todo un éxito de asistencia y que llevaba por título “El pago a los músicos: una propuesta de solución”. En esta cita, el área jurídico-económica de la Federación dio a conocer su propuesta, que pasaría por incluir a las Sociedades Musicales dentro del marco jurídico de la Ley Valenciana del Voluntariado y el Reglamento, y considerar que los músicos participan en un voluntariado músico-cultural, lo que permitiría que reciban una compensación acordada que no estaría considerada, sin embargo, como una retribución laboral.
En este caso, la del voluntariado sigue la línea maestra de las Sociedades Musicales valencianas, y se entiende como una forma de entender la vida y la cultura que se plasma en la participación del músico en actividades de todo tipo. De hecho, las Sociedades Musicales son entidades sin ánimo de lucro, y los socios participan en sus actividades sin recibir ninguna contraprestación económica, aunque eso no impediría que se pudieran compensar los gastos que el desempeño de la actividad voluntaria le ocasione.
La Ley establece, entre otras consideraciones, que las actividades de un voluntariado tienen que servir al interés general, y que los participantes deben realizarlas de forma libre y voluntaria, sin ninguna obligación de hacerlo, un hecho que también va en la línea de la realidad del músico amateur que es más habitual en estas formaciones.
La propuesta de la FSMCV no obstante, obliga a las Sociedades Musicales a dar algunos pasos para poder acogerse a la Ley del Voluntariado, como la necesidad de elaborar y aprobar un estatuto interno que recoja esta voluntad; o la necesidad de articular los mecanismos necesarios para garantizar la información, participación y colaboración de los voluntarios en las actividades.
Esto supone llevar un registro minucioso de los voluntarios que necesitan disponer de un certificado, garantizar las condiciones de seguridad y disponer de un seguro de responsabilidad civil que garantice la cobertura de los posibles daños ocasionados y llevar una contabilidad al día.
A cambio, los músicos tendrían una forma de justificar sus ingresos y las Sociedades Musicales tendrían una forma de retribuirles por sus actuaciones, algo que situaría a los músicos en una categoría similar a la de los voluntarios municipales de Protección Civil.
Aún así, la propuesta suscita algunas preguntas, sobre todo en lo que respecta a la justificación de los gastos y hasta qué importe los pagos podrían considerarse una compensación por el trabajo realizado, unas consideraciones que, según la FSMCV, no tendrían que suponer ningún problema para que las Sociedades Musicales pudieran poner en marcha este nuevo modelo de gestión que serviría para poner fin a un gran quebradero de cabeza para músicos y dirigentes.