La Comunitat Valenciana no solo es la cuna de de algunas de las bandas más prestigiosas de todo el mundo, sino que el arraigo que tiene la música en la sociedad valenciana alcanza límites insospechados, que van más allá de las melodías y los sonidos más reconocidos. Y es que, con más de medio millar de sociedades musicales en activo, cientos de escuelas de música con decenas de miles de alumnos, y formaciones de todo tipo que se suman a las tradicionales bandas que existen en la práctica totalidad de los municipios valencianos, la larga tradición musical de la Comunitat no solo es un valor por sí misma, sino que abre su campo de acción a otros ámbitos, como el empresarial, que triunfan también en todo el mundo.
Ese es el caso, por ejemplo, de Stomvi, una marca especializada en instrumentos de viento-metal que, tras décadas de experiencia e investigación, ha conseguido llevar su nombre a más de treinta países, hasta conquistar algunos de los oídos más exigentes del planeta. El secreto no es otro que el trabajo constante y la pasión por un arte, el de la música, que requiere de una precisión milimétrica cuando se trata de conseguir los tonos más afinados y los sonidos más nítidos. Por eso, no es casualidad que las primeras casas que se dedicaron a la fabricación de instrumentos en los siglos XVI y XVII aparecieran en Nuremberg, a partir de los talleres de los orfebres y joyeros más destacados de la época, que se esforzaban en dar forma al latón hasta conseguir la sonoridad deseada.
Ése es precisamente el camino que siguió Vicente Honorato, fundador y “alma mater” de Stomvi, que con tan solo 30 años puso en práctica sus conocimientos de joyería para fundar su propia empresa dedicada a la fabricación de instrumentos; una iniciativa que, tres décadas después, se ha convertido en un referente en todo el mundo. La faceta empresarial de Vicente Honorato comenzó a sus 28 años con la fabricación de alta joyería, pero a penas dos años después decidió dar un giro a su negocio para apostar por la fabricación de instrumentos musicales, en los que pudo poner en práctica sus ideas innovadoras. Dicen los que lo conocen que está dotado de un prodigioso oído y una gran sensibilidad para percibir y apreciar las mejores afinaciones, una capacidad que a lo largo de su carrera le ha permitido plasmar en sus instrumentos algunas de las sugerencias de los intérpretes más prestigiosos.
Pero el camino de Stomvi, desde su nacimiento en 1984 hasta su consolidación como una marca única en mundo, y que es capaz de competir con algunas de las casas más grandes del planeta como la todopoderosas Yamaha, no ha sido fácil. De hecho, en España prácticamente no existía tradición alguna en la fabricación este tipo de instrumentos, y la evolución de la marca ha sido posible gracias a un continuo proceso de innovación a cargo de un equipo de especialistas y artesanos, que son los responsables del diseño y fabricación de unos instrumentos que vuelan, desde la Comunitat Valenciana, a todas las parties del mundo.
Se trata de una historia de evolución constante que nació con el primer prototipo de trompeta, que vio la luz en 1984 tras más de 10.000 horas de incansable trabajo. A partir de ahí, Vicente Honorato pudo dar rienda suelta a su imaginación en un pequeño taller ubicado en Mislata, y al que poco a poco se le fueron añadieron avances tecnológicos como los tornos de numéricos, las salas de bañado o los centros mecanizados, que con el tiempo permitieron sacar al mercado nuevos instrumentos de alta gama. Así, en los últimos 10 años, las nuevas series, como las Titan, o las específicos para Brass Band, se han convertido en auténticos referentes en todo el mundo, caracterizadas por la marcada personalidad de sus instrumentos.
Instrumentos únicos
El secreto, más allá la apuesta por la innovación y la búsqueda incesante de mejoras, se basa en una fabricación artesanal propia, que convierte cada instrumento Stomvi en una pieza única, que pasa por distintas fases de fabricación en las que se combina la tecnología más avanzada con los trabajos artesanales. Así, si en los primeros estadios se necesitan centros de control numérico y tornos de elevada precisión para fabricar las piezas y componentes más complejos, el trabajo manual entra en juego en las siguientes etapas, con el montaje y repulsado de los pabellones, la elaboración y soldadura de los pistones o el recocido de las bombas.
Pero es en la fase de montaje y ensamblaje cuando estos instrumentos con ADN valenciano se convierten en piezas únicas. Pulidos manuales, lijados, baños en oro, plata y níquel, alineados de bombas, abrillantados o el ensamblajes de las diferentes partes, suponen un valor añadido que solamente se consigue con un proceso de fabricación único en el mundo, y que no termina sin el visto bueno del propio Vicente Honorato a cada una de las piezas, hasta completar un catálogo con más de 100 modelos diferentes.
Se trata, en definitiva de un proceso complejo que, lejos de externalizarse, se ha querido salvaguardar con el objetivo de verificar cada una de las piezas que conforman el universo Stomvi, y que mantiene en Xirivella su base de operaciones desde el año 2006.
Codo a codo con músicos de todo el mundo
Pero los instrumentos no son nada sin los músicos que los hacen sonar, y el objetivo de esta marca no es otro que el de adaptarse a las necesidades de los intérpretes más exigentes. Por eso, además de las salas en las que tiene lugar todo el proceso de fabricación de los instrumentos, Stomvi cuenta en Xirivella con diferentes espacios de estudio, diseñados para que los intérpretes puedan dar alas a su creatividad, y compartir así sus inquietudes y puntos de vista con un equipo de investigación, liderado por Vicente Honorato, que no ceja en su empeño por conseguir que sus instrumentos sirvan a los anhelos de los músicos más experimentados.
Para satisfacer a los posibles interesados, otro de los atractivos de la fábrica de Stomvi es la de su “showroom”, en el que todos los instrumentos y accesorios de la marca están disponibles para aquellos músicos que deseen conocer de primera mano, tanto sus características como su proceso de producción. Por eso, no es extraño que hasta estas instalaciones se acerquen no solo miembros de distintas bandas valencianas, sino también comitivas enteras llegadas de todos los puntos del planeta, a los que les merece la pena una visita a Xirivella con tal de conocer, en persona, el alma de unos instrumentos únicos que ya han conquistado a algunos de los intérpretes más conocidos del mundo.
De hecho, Stomvi es una marca de relevancia mundial que ha saltado fronteras para llegar a más de 30 países en mercados tan diversos como los de Japón, China, Australia, Europa, Sudamérica o Estados Unidos, donde la marca ha puesto en marcha su propio centro de distribución. De hecho, cerca del 80 por ciento de su producción se dedica al mercado internacional, en una muestra del prestigio con el que cuenta la marca.
Solistas de algunas de las orquestas más prestigiosas del mundo, profesores y catedráticos de conservatorios y universidades, así como un buen número de intérpretes y formaciones musicales de todo tipo, han encontrado en los modelos Stomvi la capacidad única de adaptarse a sus necesidades, lo que confiere a esta marca valenciana oportunidad de seguir mejorando su oferta en los próximos años. Una mejora que, sin duda, contribuirá a hacer más grande una tradición musical que en la Comunitat cuenta ya con más de dos siglos de historia.