El presidente de la FSMCV ha dado el salto a la política. No puede extrañar mucho pues son varios los presidentes de esta agrupación de sociedades musicales quienes desde hace decenios han tentado a la política o la política les ha tentado a ellos. Significa principalmente que estamos ante un fenómeno societario de enorme trascendencia porque vertebra a los valencianos tal vez como ninguna otra cosa. Y no es extraño que el mundo de la política les atraiga como un imán, acostumbrados como estaban y están en bregar en la primera línea de fuego de lo público. Pero había que conocer en detalle el pensamiento de Pedro Rodríguez y sus razones. El aún presidente de la FSMCV ha atendido las preguntas de este periódico en una entrevista de enorme interés en la que desvela las cuestiones que a día de hoy interesan a los centenares de miles de integrantes de las “bandas de música”.
–En su paso a la política hay cosas que conviene aclarar. En su legítimo derecho a desarrollar su vocación política, en este caso como independiente, ¿cuál es la razón última, incluso personal, para haber dado el paso a la política? ¿Y cuales las razones por haber elegido las listas socialistas y, además, para el senado?
–Desde que tengo memoria me he interesado por involucrarme en mi entorno. Intentar mejorar la comunidad y prueba de ello es mi trayectoria en la Federación. Esto de alguna manera ya es un interés político. En lo profesional me atreví a montar una pequeña empresa de asesoría química y casi 25 años después es una empresa consolidada. Desde ella además he impulsado una Federación nacional de empresas químicas que agrupa a más de 150 micropymes y pymes del sector químico, de la que soy también Presidente y cuyo principal objetivo es hacer la vida más fácil a las empresas más pequeñas y que lo tienen más difícil en su día a día. También soy miembro de la Junta directiva del Colegio de Químicos de Valencia y doy clases de legislación química en dos postgrados de la Facultat de químicas de Valencia.
–Un gran curriculum profesional sin duda, donde destaca sobre todo su perfil asociativo propio de la sociedad civil…
–Efectivamente, he estado trabajando por las sociedades musicales no solo valencianas, sino también del resto de España o de otros países, durante más de 30 años. Desde que en noviembre de 1989 se constituyó la Asociación Artísticomusical Sant Blai de Potries de la que fui Presidente fundador y soy socio número uno, no he parado un minuto de trabajar con gente y por la gente para hacer cosas, cosas que nos puedan hacer, en general, a todos más felices.
–Y ahora la política…
– Sí. En esta manera de ser y de actuar se explica mi interés por entrar en política, para poder continuar desde lo institucional con todo del trabajo desinteresado realizado en estos últimos 30 años. Mi padre fue concejal en Villena, mi abuelo paterno también y la política siempre ha tenido vida en casa. Con el PSOE comparto sus valores progresistas y en especial la igualdad, la solidaridad y el sentimiento europeísta. El equipo de Ximo Puig me ubicó en un ámbito de política nacional por la aportación que podía hacer al panorama nacional y por supuesto también al de la Comunitat Valenciana. Mi trabajo en la FSMCV es una base fantástica para que nuestra cultura y nuestra música y la Comunitat se visibilicen en Madrid. Esta es mi motivación para aceptar mi candidatura al Senado.
–Se ha instalado en la política el criterio de que cualquier candidato, antes de ser elegido debería presentar su dimisión allá donde estuviera. Nunca lo he entendido y menos en una entidad asociativa donde no existe correspondencia económica. Nuestro periódico ha defendido que usted podría cuanto menos ser presidente hasta obtener el escaño, si lo consigue, e incluso seguir luego. En casos anteriores como el de Almería y Escrig no eran ya presidentes de la FSMCV cuando se presentaron, y creo que Algado, tampoco. Pero el colectivo tiene derecho a conocer sus razones…
–Lo más fácil habría sido dimitir para dedicarme por completo a mi campaña, pero eso no habría sido bueno para la Federación porque la habría dejado sin representante legal durante dos meses. Desgraciadamente nuestros estatutos necesitan modificaciones, y una de ellas tiene que ver precisamente con los plazos. Hace faltan 30 días ¡hábiles! para convocar una asamblea general, igual da que sea ordinaria que extraordinaria, y eso nos llevaba a la semana del 7 de mayo, cuando precisamente ya estaba previsto realizar una Asamblea general ordinaria en Pego (Alicante) el sábado 11 de mayo. A pesar de lo que publicó lasBandas, como usted reconoce, en su web, mi intención desde el primer día es dejar el cargo en la FSMCV, obtenga o no el acta como senador. Y ello porque creo que una vez dado este paso no se puede seguir siendo presidente de esta entidad, aunque esto es una opinión particular porque no existe incompatibilidad legal de ningún tipo. De hecho hay infinidad de casos de concejales, miembros de partidos políticos y sindicatos, de sus ejecutivas, incluso alcaldes y otros cargos en las directivas de nuestras sociedades musicales, y es razonable y lógico que esto suceda, siempre y cuando las personas en las que concurren estas actividades se dejen el partidismo en casa cuando esté trabajando para la sociedad musical. Siempre decimos que las sociedades musicales son como la propia sociedad civil en la que se desarrollan, y también por esto. La realidad es que hay una póliza bancaria que renovar la próxima semana y precisa la firma legal de la entidad. Si yo hubiese dimitido el 18 de marzo, día siguiente a mi nominación oficial como candidato por parte del Comité federal del PSOE, no habríamos tenido inscrita en el Registro de asociaciones la firma de mi sucesor o sucesora hasta el 1 de junio, con suerte. Y sencillamente un acuerdo interno de que el presidente es otra persona a un banco no le vale para nada. Por otra parte, tenemos pendiente de firmar en estas semanas próximas los siguientes convenios: el de conciertos de Intercambio por 1,55 millones de euros y el de funcionamiento de la FSMCV por 0,5, ambos con el Institut Valencià de Cultura, también el de Turismo por 95.000 euros, convenios que interesa acelerar todo lo posible para que las actividades de la FSMCV, incluida la potente campaña de intercambios que afecta además a las otras tres federaciones de música tradicional, se lleven a cabo. También está pendiente de firma un convenio con la SGR (Sociedad de garantía recíproca de la CV) que será muy beneficioso para las sociedades musicales y que en cuanto esté se podrá utilizar por estas para adelantos de subvenciones que ya se han convocado o están a punto de salir. Esta misma semana hemos tenido una reunión trascendental con COSITAL, la asociación de interventores y secretarios municipales, que afecta a temas de primer interés para las sociedades musicales por los encontronazos que se están produciendo en muchas sociedades con sus ayuntamientos debido a las últimas modificaciones de las normas de contratación y que era un tema que en los últimos meses llevaba personalmente y que debía dejar encarrilado por su importancia antes de irme. Todas estas circunstancias fueron tenidas en cuenta por la Junta Directiva que convoqué el pasado 20 de marzo primero y después por el Consejo Intercomarcal de la FSMCV del 31 de marzo, órgano máximo entre asambleas, y que aprobaron en votación secreta y por unanimidad, que mantuviese esa firma como representante legal de la entidad, pero sin aparecer en actos públicos representando a la entidad y así lo estoy haciendo.
–¿Será Daniela González la nueva presidenta, en virtud de su cargo de vicepresidenta? Indíquenos en ese caso el procedimiento a seguir y el camino a recorrer.
–Desde octubre tenemos tres vicepresidencias en la entidad con cambios de competencias en todas ellas. Esta propuesta la entendemos admitida por todos con el respaldo enorme que nos dio la asamblea en las elecciones. El Consejo intercomarcal aprobó el cambio estatutario necesario para ello y nombró a los tres vicepresidentes quo ocuparían estas tres nuevas vicepresidencias, tal y como también se anunció en la citada asamblea general. Estatutariamente estos acuerdos deben ser refrendados en la próxima asamblea de mayo. Hay unos Estatutos y deben cumplirse a rajatabla, siempre hemos sido muy respetuosos con esto. En lo que a mí respecta, dimitiré antes de dicha asamblea para que sea allí donde las sociedades musicales manifiesten su voluntad de aprobar todos estos cambios. Y sí, Daniela es en este momento la vicepresidenta de la entidad, y si la Asamblea así lo refrenda, será la próxima Presidenta de la Federación.
–A pesar de ser candidato del PSOE, ¿La FSMCV, como en convocatorias anteriores, se ha dirigido a otros partidos políticos pidiendo reuniones o para indicar cuáles son las cuestiones que a la federación le interesa que vayan en los programas electorales?
–La Junta Directiva ha preparado como siempre hace en elecciones un documento con sus propuestas para que los partidos las incluyan, si lo estiman conveniente, en sus programas electorales. Estas propuestas se enviaron a finales de marzo a todos los partidos con representación parlamentaria en Les Corts. A su vez se ha ofrecido la posibilidad de mantener reuniones con delegaciones de estos partidos, de hecho ya nos hemos reunido con Compromís y con Ciudadanos. A estas reuniones asiste siempre uno o dos de los vicepresidentes. Mi misión ha sido hacer la introducción y presentar el documento de la Junta Directiva. Tras esa presentación he dejado la reunión en manos de los representantes de los partidos y de las de los vicepresidentes para evitar que me vean como un candidato de otra formación política. El otro día tras salirme de la reunión con Compromís nos felicitaron por hacerlo de esa manera. Intentamos siempre mantener la exquisitez para cualquier tema y por eso la FSMCV tiene el prestigio que tiene. Para nosotros la entidad siempre está por encima de cualquiera de sus directivos, colaboradores o empleados.
–¿En caso de que llegara al Senado qué podría hacer por las sociedades musicales?
– Ya dije que hay mucho trabajo por hacer a nivel legislativo y desde donde puedo ser más útil precisamente es a nivel nacional, en Madrid. Pensado en la enseñanza de la música, la anterior ley de educación es muy deficiente. Me gustaría que el pacto nacional por la educación se produjese por fin en esta legislatura y que la música fuera troncal en Primaria y Secundaria. Que tuviera presencia siempre en Primaria y que se diera como mínimo hasta 3º de la ESO, luego podría ser opcional pero aun así se debería ofrecer en todos los centros. Además, hay muchas posibilidades con la música y las tecnologías digitales que no se están explorando. También se podría implantar en los ciclos formativos y en la educación para adultos donde es inexistente. Explotar los beneficios de su práctica en los centros de educación especial, donde increíblemente no es obligatoria, es algo por lo que deberíamos pelear. Otro tema legal importante y que afecta al modelo de voluntariado que estamos implantando en las Sociedades Musicales es que los voluntarios (músicos o directivos) no tengan que pagar el IRPF sobre las compensaciones de gastos que reciban. Esto conduciría al modelo de voluntariado indefectiblemente, que es el modelo que mejor se adapta a la realidad de nuestras sociedades musicales. En el ámbito del asociacionismo hay mucho campo para la mejora. Siguiendo con temas fiscales, habría que subir los mínimos para la presentación obligatoria del impuesto de sociedades, reducir el IVA de los instrumentos y otros temas más complejos que por ejemplo tienen que ver con las contrataciones de entidades públicas. Todo ello son beneficios que pueden venir a las sociedades musicales de la mano del BIC pero que alguien tiene que ir perfilando. También hay que mejorar la Ley de subvenciones, simplificando y facilitando los trámites. En algunos de estos temas, parece mentira, pero todavía no llegó el siglo XXI y casi diría que ni el XX. Y no son los únicos ámbitos donde me gustaría incidir, pienso también en igualdad, juventud, cooperación, despoblación, turismo, micropymes…