Josep Lluís Galiana rescata de la hemeroteca un período musical prolífico, generoso y decisivo que aconteció entre los años 1991 y 2012. Una larga etapa en la que se pudo disfrutar de la irrupción y la evolución de destacados pianistas del actual panorama interpretativo español e internacional, así como del repertorio pianístico tanto histórico como contemporáneo.
El escritor, músico, saxofonista, improvisador y editor fue testigo de esta espectacular eclosión que tuvo que analizar día a día y que ahora, 20 años después de los primeros conciertos, recupera con satisfacción al comprobar que muchos de los jóvenes intérpretes de entonces son ahora prestigiosos pianistas que ofrecen recitales en los mejores auditorios de España y del mundo.
Pianos y pianistas. Dos decadas de crítica musical y otros escritos pianísticos, publicado por EdictOràlica Música, es una amplia selección de críticas y escritos musicales que giran en torno a este instrumento y a numerosos intérpretes y compositores de nuestro tiempo. A lo largo de más dos décadas, el autor coordinó y organizó centenares de conciertos en el Club Diario Levante, un foro cultural tristemente desaparecido. Y desde esa privilegiada atalaya pudo observar a decenas de intérpretes que son los verdaderos protagonistas de esta obra, cuyo gran valor reside en “una clara vocación memorialística y de reivindicación de un tiempo y un espacio muy determinados donde acontecieron hechos artísticos únicos, y de unos autores y unos intérpretes imprescindibles para entender una gran generación musical”.
Galiana comprueba que, tras todos estos años, los chavales, que empezaban a enfrentarse a las 88 teclas en público, en un auditorio que infundía respeto, les daba la oportunidad de exhibir su talento y ante el miedo escénico que suponía que su interpretación iba a ser escrutada y se publicaría una reseña o una crítica en el principal periódico de la Comunidad Valenciana al día siguiente; se han convertido en consolidadas figuras de la música actual. Por ello, con Pianos y pianistas da fe y testimonio de la larga y costosa maceración que supone para los intérpretes dedicarse a tocar el piano de una manera profesional.
Pianistas considerados jóvenes aún, algunos tienen alrededor de 40 años, ya tienen treinta años largos de mochila musical a sus espaldas. Lo que ilustra bien a las claras lo inabarcable que es este instrumento y lo poco a poco que hay que abordarlo para llegar a la excelencia. Y el libro refleja en una foto fija, trasladada en el tiempo, el denodado y titánico esfuerzo que realizan estos músicos.
De entre los nombres propios que aparecen en él destacan pianistas que daban sus primeros pasos y otros ya consagrados: Carles Santos, Ananda Sukarlan, Chano Domínguez, Agustí Fernández, Josu de Solaun, Carles Marín, Xavier Torres, Enrique Pérez de Guzmán, Luca Chiantore, David Kuÿken, Brenno Ambrosini, Antonio Pérez Abellán, Miguel Álvarez-Argudo, Emmanuel Ferrer-Laloë, Pei-Chao Liao, Ana Vega-Toscano, Clara Romero y Carlos Apellániz, entre otros muchos intérpretes y compositores.
Quizá muchos de ellos ya tenían en cuenta una cita del pianista canadiense Glenn Gould que recoge el libro, «a partir de ahora el intérprete debe recomponer la música o buscarse otro oficio. No hay ninguna excusa ni ningún interés en volver a hacer lo que ya se ha hecho. La duplicación no tiene ningún sentido».
Edad de oro
El prestigioso pianista valenciano Josu de Solaun en el proemio del libro califica de «auténtica edad de oro» estos años de gran agitación cultural y artística. El concertista, único español que ha ganado el Concurso Internacional de Piano de València en 2006, y el George Enescu de Bucarest en 2014 entre otros relevantes galardones como el de la Unión Europea en 2009, dice de Galiana que «fue él quien me brindó mis primeras oportunidades importantes sobre un escenario, a la par que mis primeras críticas. Tres conciertos, durante tres años seguidos: 2002, 2003 y 2004. Un músico jamás puede olvidar eso». Y subraya que «hoy, en nuestro 2020, que haya alguien en las industrias culturales que sea árbitro cultural, comisario de arte, crítico, gestor, promotor, mecenas, diseminador de vanguardias y además un músico de talento feroz, es una utopía exagerada y abismalmente inalcanzable».
El investigador y pianista Miguel Álvarez-Argudo, por su parte, habla en su prólogo de la trascendencia de este libro tanto por su contenido como por su perdurabilidad en el tiempo.
Álvarez-Argudo considera que lo acontecido en la sala Club Diario Levante «forma parte del devenir musical pianístico en la ciudad de Valencia, junto a las actividades realizadas en el Palau de la Música de Valencia, Palau de les Arts, conservatorios de música profesional y superior, academias de música, entidades centenarias como la Societat Coral el Micalet y similares), Museo San Pío V, festivales como los Ensems, Instituto Valenciano de la Música, etc.»
El Catedrático de Piano y Doctor en el Conservatorio Superior de Música de Valencia apunta también que “un buen investigador ya no podrá dejar lagunas vacías ninguneando obras estrenadas de compositores valencianos y de pianistas y profesores influyentes en la sociedad y en la enseñanza musical valenciana”. Y muestra su agradecimiento a Galiana y a Clemente Pianos por hacer posible “todos estos acontecimientos artísticos y musicales”.
Creación dentro de la creación
Galiana en su introducción escribe que “la crítica tiene esa notable función formadora de opinión, ese inherente carácter pedagógico e instructivo, de cultivo del buen gusto estético, que no es otra cosa que el gusto por la belleza”; queda a medio camino “entre la poética y el análisis, entre la reflexión estética y el estudio musicológico”. En este sentido, recoge lo que señaló Oscar Wilde en su famoso ensayo El crítico como artista: la crítica de arte es «una creación dentro de la creación».
El autor dirige su obra tanto a músicos y compositores así como “a lectores interesados en la música para piano y en la reflexión estética”. Y pone en valor que muchos de los intérpretes que aparecen en su obra “atesoran centenares de premios y reconocimientos de los más prestigiosos concursos e instituciones de alcance internacional”, y que “han estudiado en algunas de las más importantes escuelas pianísticas”.
Clemente Pianos
Pianos y pianistas recoge una serie de noticias y actividades relacionadas con Clemente Pianos, “una institución musical valenciana de primer orden y con proyección internacional que, desde su fundación en 1990, ha llevado su pasión por el piano y su gran profesionalidad y sensibilidad hacia la música a todos los rincones de la geografía valenciana y española”. La firma, que ha colaborado con EdictOràlia en la publicación del libro junto con el Laboratorio para la Investigación de Procesos Creativos Contemporáneos AD LAB, constituye para Galiana “un motor imprescindible de la cultura musical y pianística en toda España con su constante apoyo a cualquier iniciativa en favor de la enseñanza y difusión de la música en general y del piano en particular”.
Con esta obra Galiana rinde homenaje “a toda esa generosa y siempre discreta labor que hay detrás de la organización y celebración de cada concierto de piano, a la pasión por la música y a su difusión y enseñanza”. Un duro trabajo que con paciencia y esfuerzo acaba dando excelentes frutos y que los italianos ilustran con la frase: piano, piano, si arriva lontano.