En este ciclo de conferencias el público ha podido igualmente interactuar y realizar cualquier pregunta a los participantes.
El domingo 10 de mayo a través de videoconferencia y desde distintas partes del mundo se escucharon diferentes y variadas opiniones y soluciones ante este difícil problema. Uno de los mayores obstáculos es la necesidad de trabajo en grupo y la forma de mostrarlo al público.
Evitar la propagación de la Covid-19 conlleva a la reducción de espacios y el distanciamiento social, toda una contrariedad para el mundo de la música. Los representantes de esta tertulia fueron: Andrea Loss (Italia), Bart Picquer (Bélgica), Darrel Brown (EEUU), Marcelo Jardim (Brasil), Rafael Garrigós (España) y como moderador Paulo Martins (Portugal). Grandes expertos en el mundo de las bandas de música.
Aspectos como las reacciones de los gobiernos hacia las bandas, dependiendo del funcionamiento cultural y el enfoque de cada país. En Italia comenzó este problema a mitad de febrero y la esperanza de comenzar a actuar al público se comenta que puede ser posible a principios del año 2021. Se han de buscar soluciones para que el músico no se desvincule del grupo y del estudio.
Un aspecto favorable es buscar oportunidades de cambio y poder hacer trabajos y actividades diferentes.
En Brasil la situación es igualmente incierta. Según Marcelo puede que la normalidad no se alcance hasta en cuatro años.
En Bélgica, los políticos tampoco se preocupan demasiado por ello. Un gran obstáculo es el clima, pues los conciertos al aire libre en que el público puede llegar a ser más multitudinario es muy improbable, ya que no se pueden prever las inclemencias meteorológicas hasta poco antes de los conciertos. En este país, las escuelas están subsanadas por el gobierno, no tienen preocupación por las bandas de música, pero esto tiene su controversia, pues los profesores al ser trabajadores del gobierno están afectados directamente por la crisis económica, incluso pueden peligrar sus puestos de trabajo.
En EEUU, las bandas de música están conectadas directamente con las escuelas y universidades públicas, por ello dependen exclusivamente de como funcione el país, pues no tienen verdadera independencia, al depender su funcionamiento en forma de comunidad educativa, profesores y directores se ven disminuidos en sus actividades, llegando a poder desaparecer por su función de profesor de educación.
En España se habla poco de la cultura, la sanidad es ahora lo primordial y la cultura se ha dejado a un lado. Esto supone un gran problema, en especial a la Comunitat Valenciana, ya que es la mayor potencia respecto a las bandas de música. Aproximadamente mil agrupaciones que conlleva a 40.000 músicos y escuelas que pueden llegar a comprender con un total de 60.000 alumnos supone un enorme peso económico. De repente han desaparecido 3.600 conciertos en toda la Comunitat. España ha apostado mucho por la tecnología, por las clases virtuales y la telemática. Es una forma de trabajo distante, pero no se aleja del poder perder el contacto dentro de la enseñanza. Las escuelas de las sociedades musicales están respaldadas por sus socios , pero igualmente se han de acoger al sistema gubernamental y cumplir leyes.
La cultura o el arte no es prioritaria para la política y esto hace que económicamente pueda pasar a un lugar no demasiado importante. Las bandas de música se pueden llegar parcialmente a autofinanciar al tener una parte independiente en su funcionamiento, pero han de atraer a un público y para ello han de trabajar de forma muy pedagógica, conocer sus gustos a modo de espectáculos para poder enfocar la cultura a través de ello. La creatividad pasa a ser una parte muy básica para atraer al público, otro de los grandes problemas, pues lo más probable es que sea mucho más reducido.
Cada crisis tiene su oportunidad. No hemos de perder la conexión grupal, pero hay que tener en cuenta que en las bandas de música existen músicos de todas las edades y conocimientos y todos no pueden llegar a responder igual en su trabajo, por ello hay que probar y descubrir nuevas formas de trabajar y proyectar. Tampoco hemos de separar la problemática económica, una banda de música no es independiente de la sociedad. Este colectivo es una competitividad quizás más individual que otros, debido a que se trabaja de forma más solitaria.
Pero hemos de tener en cuenta que vamos a sufrir en conjunto, el público prefiere otras necesidades antes que ir a escuchar un concierto y los músicos necesitan de sus actuaciones para recibir una compensación por su trabajo, se podría decir que es un círculo vicioso. Todos los participantes estuvieron de acuerdo en que estamos todos en el mismo barco y hay que navegar todos juntos para seguir haciendo música. Todos estamos sufriendo las mismas consecuencias y hemos de ayudar y aportar ideas. Hace unos años sufrimos ya una gran crisis y el diario “El País” publicó una frase que decía lo siguiente:
” la necesidad de expresarnos como sociedad, de crear cultura, de compartir visiones, de entendernos, de aprendernos, de sentarnos a reflexionar con la mirada del otro es una necesidad para el ser humano que asegura la necesidad del arte y la cultura en tiempos de crisis” Por muchas crisis que hayan necesitamos la cultura, por ello volveremos a hacer música juntos, volveremos a juntarnos y seguramente a abrazarnos.
(puedes escuchar la videoconferencia en https://www.facebook.com/armab1/videos/536487360357168/UzpfSTEwMDAwMDI0MDA0NzY4NTo0MDM3NDgzNDcyOTM2Mjgx/?epa=SEARCH_BOX