Josu De Solaun interpretó obras de Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven con la Orquesta Sinfónica Ciudad de Elche (OSCE),ciudad a la que regresaba un año después.
El pianista valenciano, único español que ha ganado el Concurso Internacional de Piano José Iturbi de Valencia y el ConcursoInternacional de Piano George Enescu de Bucarest, entre otros importantes galardones como dos Premios Internacionales de Música Clásica (ICMAen sus siglas en inglés), el Young Concert Artists (YCA) de Nueva York y el Concurso de Piano de la Unión Europea, actuó como solista y director de la formación ilicitana en un concierto que se celebró en el Gran Teatro de Elche el 1 de marzo.
El programa, Círculos de Luz, incluyó la obertura de las Bodas de Fígaro de Mozart; el Concierto número 3 para piano y orquesta en do menor,opus 37 de Beethoven; y la Sinfonía número 39 en Mib Mayor kv 543 de Mozart con la que finalizó un concierto de abono con el que De Solaun volverá a actuar con la Orquesta Sinfónica Ciudad de Elche tras brindar al público ilicitano en diciembre de 2023 el Concierto para piano y orquesta número 2, opus 18 en do menor de Serguéi Rajmáninov.
De Solaun aborda un viaje musical que gira en torno a dos conceptos esenciales: el círculo como símbolo del eterno retorno, del ciclo de la vida,de la música que vuelve sobre sí misma en una danza infinita; y la luz como metáfora de la visión, la claridad y la esperanza en tiempos inciertos. En el repertorio “cada obra se inscribe en este juego de formas y significados, tejiendo un tapiz donde lo sublime y lo terrenal, lo trágicoy lo cómico, lo humano y lo divino conviven en armonía” indica el pianista, para sumergir al público en un recorrido donde la música ilumina el tiempo y éste dibuja círculos en la música; en una velada que “es una invitación a descubrir, en la vibración de la música, un reflejo delmundo, de la vida y de la luz que nos guía a través de ella, desde la chispa inicial de Fígaro hasta la plenitud de la última nota de la sinfonía”.
La obertura de Las Bodas de Fígaro de Mozart es el inicio perfecto para este círculo musical. De Solaun considera que “desde sus primeros compases, esta música irradia efervescencia, teatralidad y una alegría italianizante que nos envuelve en su vitalidad desbordante. Es un iniciofestivo y chis- peante, que, como un rayo de luz repentino, nos lanza de lleno a la celebración del arte, del inge- nio, del juego de luces ysombras que caracteriza la obra del compositor de Salzburgo”.
Con el Concierto para piano número 3 de Beethoven se entra en una dimensión distinta, es un drama de proporciones casi trágicas. Su inicio,de una gravedad que recuerda el teatro griego, esta- blece un clima de tensión contenida, un interrogante existencial. Pero Beethoven, fiel a su natura- leza dialéctica, conduce en el segundo movimiento “a un espacio de calma y recogimiento casi mís- tico, una bendición sonora, como si elhéroe, después de la lucha, encontrara un momento de intros- pección y paz”. Después llega el rondó final, donde lo rústico y lo popular emergenen una danza vibrante y enérgica, “una especie de folclore que se transforma en un torbellino de alegría casi ope- rística, cercana a la ópera buffarossiniana. Aquí Beethoven nos recuerda que lo sublime y lo ridí- culo, lo elevado y lo mundano, siempre están separados por una líneafinísima”.
La Sinfonía número 39 de Mozart es una obra de madurez donde la música parece contener la com- plejidad de la experiencia humana en toda suplenitud. Para el solista “es una obra que, en su esencia, comprende el misterio de la felicidad y la tristeza entrelazadas. Sus movimientos alternan loheroico con lo elegíaco, lo pastoral con lo cortesano, la melancolía con la celebración, pero sin perder nunca esa sonrisa mozartiana, luminosa einalcanzable. El final es pura efervescencia, una exaltación del arte como fiesta y como juego, un regreso a la alegría con la que iniciamos este viaje circular”.
Virtuosismo apabullante
El músico cosecha el reconocimiento de la crítica por sus grabaciones, así como por los conciertos y recitales que realiza. Medios especializadosdestacan su “virtuosismo apabullante”, su “fraseo, musicalidad y pianismo vigoroso”, “muy poético y evocador”. Resaltan que “estamos ante un ver- dadero coloso del piano”; el arte que despliega muestra “una madurez serena, reflexiva, inquieta, curiosa y enormemente inteligente”; y todo mediante unas “actuaciones magistrales, serenas y bri- llantes” que merecen ocupar “un espacio en la historia de la interpretación y de lacultura”.