Cómo se llega a la improvisación libre? ¿Cuáles son los elementos que la identifican y la diferencian de la composición escrita? ¿Se puede analizar una improvisación libre? ¿Cómo se aprende a improvisar libremente? ¿De qué forma se enfrenta el oyente a esta manifestación artística? ¿Qué papel juega el espacio y el público para un improvisador libre? ¿Qué lugar ocupa el silencio en el proceso creativo que activa la improvisación?
Estas son algunas de las preguntas que a las que trata de responder el último libre escrito por el músico Josep Lluís Galiana, que trata de arrojar luz sobre una práctica tan desconocida para algunos como es la improvisación libre.
El libro ha sido publicado recientemente por EdictOràlia, dentro de su colección dedicada a la música, y lleva por título “Imporovisación Libre. El gran juego de la deriva sonora”.
Entre la investigación etnomusicológica y el relato experiencial, el ensayo establece la deriva situacionista como estrategia metodológica de análisis de los procesos de creación musical en tiempo real que activa la improvisación libre, a partir de la construcción de dos situaciones sonoras en las que un grupo de improvisadores organiza diferentes ambientes unitarios y juegos de acontecimientos en dos espacios concretos donde concurren en el tiempo diversos elementos artísticos. Siempre desde la práctica, este trabajo de campo brinda nuevas herramientas analíticas que harán más cercana e inteligible esta manifestación artística y vital que surgió en la década de 1960 como un revulsivo en el marco del movimiento musical europeo contemporáneo.
En palabras del reconocido improvisador Agustí Fernández: “El relato de Galiana es ágil, cercano y en ocasiones imprevisible al igual que una improvisación musical. Como una auténtica deriva discursiva, también disruptiva, el proceso literario es sorpresivo e inconcluso, sin principios ni finales; interactivo, porque incita al debate y al diálogo, y eminentemente participativo, puesto que recoge el testimonio y las experiencias de otros improvisadores y músicos, provocando la reflexión entre los lectores. En definitiva, se trata de un texto que deja abiertas puertas y ventanas a posibles y futuras reflexiones, y a seguir derivando improvisadamente por esta emocionante forma de hacer y escuchar música”.