Juan Rafael Guijarro es el presidente de la Sociedad Musical La Esperanza de la localidad alicantina de San Vicent del Raspeig. Una banda que en los últimos años ha destacado por la gran consecución de reconocimientos por todos los certámenes en los que ha pasado y por tener una escuela con más de un centenar de educandos que se encargan de mantener viva la pasión por la música de la localidad. Hemos hablado con él para que nos cuente como afronta esta agrupación el nuevo año y la experiencia de presidir una agrupación centenaria.
La Banda está fundada en 1905, han cumplido ya su primer siglo de vida y su trayectoria está muy vinculada a la cultura de la propia localidad. ¿Qué significa la SM La Esperanza para San Vicent del Raspeig?
Sin duda, la Sociedad Musical La Esperanza es sinónimo de Música y Tradición para la loclaidad de San Vicent del Raspeig. La banda, desde sus inicios, ha tenido una gran presencia activa en todos los actos festivos y culturales que se han celebrado en nuestra localidad. Además, han pasado músicos muy importantes por nuestra banda, como pueden ser Manuel Lillo Torregrosa o Vicente Lillo Cánovas entre otros, que han sido muy importantes en la historia cultural y musical de San Vicent y también de la comarca.
Se trata de una Agrupación que en los últimos años ha cosechado numerosos galardones. ¿Cuál es el secreto de la SM La Esperanza?
Sin duda, el esfuerzo, el trabajo y la dedicación de todos y cada uno de nuestros músicos y músicas, que cada semana ponen mucho empeño en hacer música de la mejor manera y con un gran entusiasmo. Además, gran parte de este mérito es también de Juan Antonio Antolín, nuestro director, que sabe sacar lo mejor de cada uno de los músicos.
Siempre ha destacado el gran trabajo de Juan Antonio Antolín Polo como director. ¿Cómo definiría al músico?
Lo que mejor define a Juan Antonio es la pasión que tiene por la música y por su trabajo. Es un amante del trabajo que consigue transmitir a sus músicos el respeto y la pasión que hay que tener a la música y por ello tenemos este gran grupo.
¿Cuál es su mejor virtud como director?
El gran trabajo que hace con los músicos. Se trata de una banda de amateurs, con los que ha conseguido un gran ambiente de vestuario entre todos ellos. Sabe llevar muy bien a toda la plantilla, y esto crea unos buenos cimientos para mejorar cada día.
El año 2014 ha vuelto a repetir éxitos tras el Tercer Premio en el CIBM 2014. ¿Cómo afrontan el 2015?
En 2015 pretendemos consolidar la faena que hemos hecho en la escuela de educandos. Nuestra escuela de Música cuenta con 135 alumnos, y es una de las partes más importantes de la Sociedad, ya que es la cantera de nuestra banda. Este año han sido diez los músicos que se han incorporado a la banda, y queremos seguir cuidando este aspecto.
¿Qué futuro inmediato les espera en cuanto a participaciones y conciertos?
Durante 2015 no vamos a participar en ningún certamen, ya que nuestro objetivo este año es centrarnos en los educandos y en la banda, para crecer en calidad y cantidad de músicos y en el año 2016 subir a Segunda Sección.
Ahora, entrando en un aspecto más personal. ¿Qué significa para usted presidir esta agrupación?
Para mí es un gran orgullo presidir la Sociedad Musical la Esperanza, una agrupación de la que he sido socio más de 30 años y en la que he tenido una gran vinculación familiar desde que era joven.
¿Qué le aporta este cargo a Juan Rafael Guijarro?
Pues desde que estoy aquí como presidente me ha aportado conocer el gran mundo de las Sociedades Musicales, y el mundo de la música. Es un ambiente que no había conocido, porque no soy músico, pero que desde esta posición he podido ver el gran esfuerzo que hacen todos los músicos, que dedican su tiempo libre y horas de sueño a ensayar, mejorar y aprender de este arte.
¿Cuál es el momento de mayor satisfacción para el presidente de una agrupación? ¿Cuándo se consigue un premio?
La mayor satisfacción viene cuando se consiguen los objetivos de hacer que funcione. Para nosotros, la calidad musical y el gran ambiente que se respira entre nuestra plantilla de músicos es la evidencia del trabajo bien hecho, y es lo que realmente nos satisface.