El Aula Magistral del Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia acogió la semana pasada el simposio “Women and Conducting”, un acontecimiento que pretendía destacar el papel de la mujer en el mundo de la dirección musical.
A cita, organizada por el Berklee College of Music con la colaboración de la FSMCV, CulturArts y Bankia, pretendía sensibilizar sobre esta presencia desigual, y apuntar las estrategias e iniciativas que pueden ayudar a erradicar ese “techo de cristal” al que se enfrentan las mujeres en el mundo de la música.
La jornada contó con la participación de la gestora cultural de la FSMCV, Lourdes Chilet, que realizó una exposición en la que resaltó el creciente papel de las mujeres en las sociedades musicales valencianas, en las que cada vez hay mayor implicación femenina, una visión que contrasta con la ofrecida por el tenor Plácido Domingo, que destacó que “las cifras de mujeres dirigiendo orquestas en el mundo son aún muy pequeñas”.
El panel de participantes contó también con las experiencias de Alice Farnham, quien se refirió a la primera mujer que dirigió la Royal hace cuatro años, entre las “críticas machistas de algunos directores famosos”. Por su parte, Miriam González, abogada, fundadora y presidenta de Inspiring Girls International, destacó que “las niñas necesitan referencias para querer dedicarse a ello,”, por lo que apostó por trabajar en dar a conocer los ejemplos de mujeres de éxito.
La joven directora Yi-Chen Lin, la compositora Nan Schwartz o Luana Chailly contribuyeron con sus ejemplos a cerrar un debate que no hace más que poner de manifiesto la necesidad de tomar medidas para favorecer la presencia de las mujeres, también en el mundo de la dirección musical.
El simposio cerró con una serie de recomendaciones para empoderar a las mujeres en el ámbito de la música, y en todos los ámbitos en general: ser valientes, difundir los casos de éxito, apoyar a nuestras asociaciones y federaciones, tener una mentalidad abierta, tener cuidado con los efectos sociales que nos pueden hacer retroceder, y hacernos visibles. Un mensaje de optimismo que asegura que la brecha de género en nuestras sociedades musicales es cada vez más pequeña, aunque queda todavía camino por recorrer.