Josu de Solaun ha publicado el disco Rachmaninoff 3 & Prokofiev 2, junto con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, dirigida porIsabel Rubio, en el que incluye dos obras de los compositores rusos. El pianista valenciano se convierte en el primer intérprete español queregistra el Concierto número 2 opus 16 de Serguéi Prokófiev (1891-1953) y en el tercer intérprete que graba en España el Concierto número 3opus 30 de Serguéi Rajmáninov (1873-1943), tras Alicia de Larrocha y Rafael Orozco.
El músico, único español que ha ganado el Concurso Internacional de Piano José Iturbi de Valencia (2006) y el Concurso Internacional dePiano George Enescu de Bucarest (2014), entre otros importantes galardones como dos Premios Internacionales de Música Clásica (ICMA en sus siglas en inglés) en 2021 y 2023, el Young Concert Artists (YCA) de Nueva York y el Concurso de Piano de la Unión Europea (2009), reúne en este trabajo discográfico, editado por IBS Classical, dos obras cumbre del pianismo mundial.
En el libreto, y bajo el título Escalando el Everest pianístico, De Solaun hace una pormenorizada explicación del contexto histórico y de la situación personal y musical de los compositores en el momento en el que abordan la creación de estas dos obras, de las que conoce sus entresijos desde su época estudiante, así como las conexiones en su trayectoria artística con estas partituras que comparten “varios rasgosesenciales: el sarcasmo, la grotesquería, y un sentido profundo de lo trágico y lo virtuoso”, y combinan “la ironía con una riqueza melódica y un virtuosismo desafiante, pero tam- bién reflejan el peso de la ancestralidad litúrgica y folclórica de la cultura rusa”.
De Solaun expone que “el Tercer Concierto de Rachmaninoff con sus reminiscencias de la música litúrgica ortodoxa, utiliza elementos tradicionales y cadencias folclóricas para tejer una narrativa que va más allá del simple virtuosismo, conectando con un sentido más profundo de fatalismo y espiritualidad, que también podemos encontrar en la música de Prokofiev”. Ambos conciertos “se sumergen en una rica tradición cultural rusa, donde lo grotesco y lo sublime coexisten, y donde la música se convierte en una reflexión sobre la condición humana”.
Para el pianista, interpretar esta pieza “es emprender un viaje a través de las profundidades de la emoción humana y la contemplación espiritual. Es una obra que no solo pone a prueba los límites del virtuosismo técnico, sino que también exige una profunda comprensiónemocional y filosófica”; considera que el compositor “sigue siendo una figura imponente en el repertorio pianístico”, y esta obra “es un testimonio de la eterna lucha y posible integración entre lo sagrado y lo secular, lo personal y lo universal: una sublime expresión del almahumana”.
El músico confiesa que “aprender, estudiar e interpretar este concierto fue algo análogo a conquistar el Monte Everest, un desafío monumental”; y que lo interpretó por primera vez a los 22 años, en Kioto (Japón) en 2004, “pero mi fascinación por la partitura se remonta a cuando tenía 17 años, al escuchar una de las grabaciones de Horowitz -uno de mis ídolos entonces y hoy- en mi primer año de estudiante enNueva York”, ciudad en la que se estrenó en 1909. En las primeras cinco déca- das de la existencia de la obra fue interpretada solamente por cuatro pianistas: “el propio Rachmaninoff, Alfred Cortot, Vladimir Horowitz y Walter Gieseking; nadie, a parte de ellos cuatro, se atrevía ytodos ellos ayudaron a forjar el legado de esta obra maestra”.
Arma de disidencia
El Concierto número 2, estrenado en Pavlovsk (Rusia) en 1913, y otras músicas de Prokófiev “están siempre llenas de patrones, tropos y gestos propios precisamente de los ámbitos del sarcasmo y de la ironía, en suma, de lo grotesco”, un recurso que era utilizado “tanto tácita como explícitamente, como una verdadera arma de disidencia contra la idea de una autoridad superior”. El compositor, nacido en la actual Ucrania, lo compuso en sus años de estudiante y mostró “una muy fuerte incli- nación a la disidencia contra la autoridad, encarnada en su caso en losprofesores del Conservatorio de San Petersburgo”.
Se estrenó en un festival burgués de verano, “parece algo casi esperpéntico” y al músico “le encantaba sorprender e incluso asustar a ese tipode público acomodado”. En la época que va desde el final de la Guerra Franco-Prusiana en 1871 hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914, ocurrieron muchos de estos “éxitos deescándalo”, sintomáticos de la situación política. Era la época de la desintegración de los grandes imperios: el otomano, el ruso, el prusiano y el austro-húngaro y había más desconexión entres las clases medias, la clase de artistas e intelectuales y el públi- co aristocrático, señala DeSolaun.
Presentación en Madrid
El disco se presentó en el salón de actos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid el miércoles 6 de noviembre, en unacto que contó con la presencia de José Luis García del Busto, musicólogo y académico de la Real Academia; Isabel Rubio, directora deorquesta; Paco Moya, productor y director del sello IBS Classical, y el mismo Josu De Solaun. El acto con- sistió en una charla-coloquio en laque los ponentes abordaron este trabajo, su grabación y el proceso artístico que subyace en este ambicioso proyecto.
Tras la presentación, De Solaun ofreció un concierto, muy celebrado por un público que llenó el aforo de la sala, en el que interpretólas obras Canción de cuna opus 16 número 1 (arreglo de Rajmáninov) de Piotr Ilich Chaikovski, Sonata número 8 opus 84 deProkófiev, Dos Mazurkas (opus 67 número 2 y opus 17 número 4), y la Fantasía Bética de Manuel de Falla.