Con un plazo de dos años, la historia se reencontró en un Auditorio de San Luis de Buñol prácticamente lleno en sus 2.500 localidades. Sigue siendo el Mano a Mano el concierto más concurrido de público del calendario bandístico anual.
La Artística de Mario Ortuño
Era una noche de emociones, sobre todo para los entendidos, que en Buñol son la mayoría. Mientras para La Artística, Mario Ortuño arriesgaba con una transcripción de Cristian García del primer movimiento de la Symphony nº 3 (1902) de Gustav Mahler, como queriendo advertir que su elenco de músicos se atreve con todo. Y dentro de la dificultad el reto salió bien con creces. Riesgo porque Mahler pertenece al eco más sabido de muchos aficionados, y que una banda sinfónica, aunque es un autor de mucho viento, no es lo mismo sin la cascada de violines que esta pieza tiene. Intentar vislumbrar dónde sale victorioso el director Ortuño fue labor atractiva y estimulante del público espectador.
Interesante pero más lejano en la idiosincrasia de los europeos, aunque los ecos de Ravel y Debussy, estaban marcados en «Le trois notes du Japan /2001), tan conocida e incluso popular por aquellos lares, de Toshio Mashima, fue un preámbulo a Mahler que no dejó indiferencia, al menos el primer movimiento que resultó sublime bajo la batuta de Mario Ortuño, que horas después afirmó: «El nivel musical alcanzado estos días supone un punto de partida maravilloso para lo que está por venir, y como dije el pasado jueves en el ensayo “en esta nueva etapa que se abre ante nosotros necesitamos trabajar muy duro para mantener el nivel y el prestigio de la sociedad”. Después del concierto del sábado no me cabe duda que las pilas para la próxima temporada están cargadas.»
Paco Blasco, presidente de los Feos lo ha resaltado con creces la emoción suscitada: «El Mano a Mano 2022 ha sido muy especial. Teníamos ganas de poder dar un Mano a Mano sin limitación de plantilla, sin distancia social, sin más restricciones. Simplemente todos juntos haciendo música, transmitiendo sentimientos y sensaciones. Ayer muchos me transmitieron que escuchando a los Feos, habían llorado de emoción y alegría. Había ganas. Y tenemos suerte de tener tanto unos músicos excepcionales, como un brillante y excepcional director, Mario Ortuño No puedo estar más orgulloso del trabajo que han realizado conjuntamente, y del resultado obtenido.·
La Armónica de Saül Gómez
Con apenas unos meses desde que desembarcó el prestigioso director Saül Gómez en La Armónica era uno de los alicientes de la cita buñolense para presenciar y escuchar sus propuestas. La Armónica lució sus mejores galas reuniendo un conjunto de músicos, como sus rivales, de amplio recorrido, con veteranos, profesionales, avezados músicos y como los Feos, también enorme cantidad de jóvenes. La elección de Gómez fue sorprendente. En primer lugar, con las Fiestas Romanas, un poema sinfónico de Ottorino Respighi (1879-1936), de 1928, en la que se describen fiestas paganas y fiestas contemporáneas en un esfuerzo narrativo con una pieza de enorme efectividad, y recursos bien transcritos por Roberto Forés en un relato inteligible pese a su dificultad instrumental y su cambiante versatilidad, Llegó a ponerse en pie buena parte de los espectadores.
El plato principal estuvo en la oportuna elección de una obra del compositor norteanericano Stephen Melillo (1957). Su presencia en el auditorio elevó el interés; y Saül Gómez extrajo un mundo de pausas y silencios en una obra con presencia de metales con amplio protagonismo. Era un estreno mundial y su autor fue obligado a saludar en varias ocasiones. Interesante la obra que pasa de un primer movimiento narrando los instantes previos al Big Bang, a través de un diálogo entre el Bien y el Mal, como si fuera una lucha entre el Orden y el Caos. En los otros tres movimientos, desde el libro de las primeras cosas, y la reiterada presencia del Bien y el Mal, Caos y Orden y Azar o Certeza –cosa de filósofos– hasta el reduccionismo final de la elección humana entre ayudar o lastimar a nuestros semejantes.
Un éxito que llenó de satisfacción al nuevo director de El Litro, al que le vio emocionado: «Absolutamente indescriptible. No sé cuantas veces he soñado poder vivir una noche como la de ayer, y sin duda, ha sido uno de los momentos más impactantes que he podido sentir como director. Energía, sutileza, personalidad a raudales, para hacer del de ayer, un momento que siempre llevaré en mi memoria»
Rosario Pardo henchida de orgullo no dejo de expresar su enorme alegría. Saül Gómez había acreditado su elección reciente como director de El Litro. » Una delicia para el público que llenaba el Auditorio y que pudo disfrutar de obras de enorme calidad, dificultad y atractivo, de principio a fin. Gracias a nuestros músicos, enormes¡¡¡, su trabajo y compromiso es nuestra inspiración y nuestro orgullo. Un programa elegido por Saül Gómez que ha sido éxito. un magnífico programa diseñado, que dirigió magistralmente una banda con una sonoridad propia e inconfundible.