Cuando Carlos Garcés (Soria, 1986) llegó a Cullera lo hizo intuyendo que iba a enamorarse de la ciudad, de sus gentes, de su implicación con la música y de una sociedad musical como la “Santa Cecilia” que es historia planetaria de la música de banda.
Había llegado a uno de los centros que adornan la leyenda de esta actividad, tan arraigada entre los valencianos que forma parte de la identidad de todo un pueblo, el valenciano.
Fue igual o similar a lo que le ocurrió a Antonio Machado (Sevilla, 1875 – Colliure, 1939) cuando en 1907 arribó a Soria y se enamoró del entorno. Machado se enamoró de la belleza de sus paisajes, la melancolía de sus campos y la serenidad de sus ríos. Estos elementos se reflejan en muchos de sus poemas, donde Soria se convierte en un símbolo de la nostalgia, la soledad y la búsqueda de la verdad interior.
Para el joven Carlos Garcés, Cullera también fue el culmen de su formación, al descubrir, también, un mundo nuevo que contribuyó a su madurez. Hoy, el soriano cullerense, nunca volverá a ser el mismo; y la ‘Santa Cecilia’ quedará para siempre en su biografía, como Soria quedó en el frontis vital del gran Antonio Machado. No estamos haciendo comparaciones, pero de la entrevista exclusiva para lasBandas nos obliga a trasladamos a una vivencia vital, potente, como la del poeta en tierras de Castilla. Y si no se lo creen, lean sus testimonios:
Los ciclos de los directores son a veces breves, a veces largos. Usted en la Sociedad Instructiva Musical Santa Cecilia de Cullera, parece ser un ciclo más bien largo…
No creo que sean tan importantes los años sino los proyectos y objetivos que quieres conseguir. Han sido 10 años repletos de éxitos en todos los ámbitos de una Sociedad Musical tan maravillosa como es «Santa Cecilia» de Cullera; y eso es haber apostado por la formación de nuevos jóvenes, seguir «haciendo banda y orquesta» y mejorando socialmente. Lo hemos conseguido y ahora toca buscar nuevos proyectos ilusionantes. No puedo estar más feliz.
“La vida me cambió en la Santa Cecilia”
Desde el principio, allá por 2014 ¿Cuáles son las razones que le indujeron a intentar fichar por la Santa Cecilia?
Creo que es el sueño de cualquier director. Cuando hice las pruebas, las hice sin ninguna presión porque pensaba que no iba a ganar. Es más, a última hora, estuve a punto de no venir ya que estaba en Rotterdam estudiando y apenas podía sufragar el coste de los vuelos… pero por suerte las hice y la vida me cambió. Cuando el presidente Paco Rico me llamó para comunicarme que era el más votado por los músicos y quería ofrecerme el trabajo, me acuerdo que estaba en el pueblo de mi mujer de la ‘España vaciada`, sin apenas cobertura, y me tuve que ir al pueblo de al lado con el coche ya que se cortaba la comunicación y no sabía por qué me llamaba. Todo esto a la 1 de la madrugada.
“Siempre llevaré a Cullera en el corazón”
¿Cuál fue el desafío más grande al que se enfrentó como director musical de la Santa Cecilia y cómo lo supero?
Desde que llegué todo ha sido muy fácil. Y me voy con la sensación de que el siguiente director que venga a «Santa Cecilia» también lo tendrá todo muy fácil. Se sentirá arropado por los músicos, Junta Directiva con Begoña al frente, que es una trabajadora nata y persona maravillosa, y por un pueblo que siempre llevaré en el corazón.
“Sabía que esta sociedad musical era muy grande, pero no tanto”
En las ‘bandas’ valencianas hay varias clasificaciones encubiertas; la bandas sólidas y con raigambre de calidad –dicen que al menos hay 100– y aquéllas que pertenecen a la historia, las legendarias ¿Siempre tuvo constancia allá por 2014 que estaba entrando en una de las grandes sociedades del mundo?
Sabía que la Sociedad era muy grande, pero desde luego no sabía que tanto. Recuerdo en mi primer Certamen (CIBM Valencia 2015), mi vicepresidente Leonardo me dio un listado de 400 músicos y me dijo: «dime cuantos músicos quieres de cada instrumento y yo te los busco». Brutal.
Entonces, en 2014, usted ya conocía y se reconocía como alumno de Enrique García Asensio, uno de los míticos directores de la música valenciana. Supongo que él le inculcó la curiosidad por ese mundo de las sociedades musicales de este territorio.
Considero que soy el producto de tres ingredientes, dos de los cuales son valencianos de pura cepa. El primero es el Conservatorio Profesional de Música de Soria, donde un grupo de profesores valencianos hicieron y hacen un trabajo formidable. Mi profesor de flauta, Rafael Clemente Bo, era de Tavernes de la Valldigna y todos los veranos veníamos a su banda a seguir dando clases. Él fue el primero que me enseñó lo que era la palabra «Certamen». Luego está mi querida Banda Municipal de Soria donde entré a tocar hace 22 años, y a través de ella conocí a su director y ahora amigo José Manuel Aceña. Él me presentó a Odón Alonso, una persona que me cambió la vida, y que es quien me llevó a García Asensio, siendo él el tercer gran ingrediente de mi carrera. Recuerdo las clases con el Maestro en Musikene como si cada día descubriera un mundo nuevo. Todas sus enseñanzas, sus apuntes y su cariño, los guardo en lo más profundo de mi.
“Cuando debuté en Les Arts, en el primer acorde supe que había llegado a un sitio muy especial”
Vino aquí, a Cullera, que, junto a Llíria y Buñol, dicen, forma parte de la tríada del Parnaso de las bandas, de prestigio mundial. ¿Cómo fue ese encuentro? ¿Lo esperaba tal y como fue o hubo alguna sorpresa?
Espectacular. Aunque para alguien como yo, que necesitaba al menos 5 ensayos para hacer un concierto «decente», de pronto me dijeron: «Carlos, debutas con nosotros el sábado en el Palau de les Arts de Valencia» y solo tienes un ensayo, y tocaremos «Vasa» de Suñer y el cuarto movimiento de la «Quinta Sinfonía» de Shostakovich». Creo que aún me siguen temblando las piernas desde ese momento. Jajajajajaja. Eso si, recuerdo que hicimos un conciertazo en un programa compartido con nuestros compañeros del «Ateneo» de Cullera. En el primer acorde del concierto sabía que había llegado a un sitio más que especial.
Y ahora, después de estar y de marchar ¿Qué mensaje te gustaría compartir con la comunidad musical en este momento de despedida?
Pues, decirles a todos los socios y músicos que no quiero ni un lloro más! Jajajaja. Estoy muy feliz, y muy orgulloso. Es una sensación indescriptible.
“En Altea, 2023, la Banda sonó como nunca”
¿Hay alguna experiencia o concierto en particular que siempre te llevarás contigo como un recuerdo imborrable? (le hago una sugerencia, los conciertos del “A tres Bandas” fueron memorables.)
Creo que cada concierto ha tenido mucho de especial. Pero por decirte tres fechas: Certamen Internacional de 2015 con el estreno de «El Jardín de las Hespérides»; Certamen «CaixaBank» de 2022 con la Orquesta y una “Quinta» de Tchaikovsky para el recuerdo. Y por último el Certamen de Altea de 2023, donde sabía que iba a ser mi último Certamen con ellos y mi último «Jardín», y donde la Banda sonó como nunca.
¿Cómo definiría a la Santa Cecilia de Cullera de 2014 musicalmente, la de entonces, y que ha cambiado a la de ahora 2024?
Yo cogí la Banda en un momento óptimo, con una herencia sonora de grandes directores como Cifre, Sanjaime, Cristóbal Soler, Álvaro Albiach y Salvador Sebastià, por lo que todo era muy fácil. Soy un fanático incondicional de la pintura de Sorolla y Goya, y me considero un director «colorista». Siempre me ha fascinado Ravel, Debussy, Stravinsky… y esos colores los he querido llevar siempre al sonido en donde dirijo. Por lo que haber tenido 10 años para moldear mi sonido en la Orquesta y la Banda, para mí, ha sido un privilegio y una grandísima oportunidad.
Nada más llegar en 2015, gana la sección de Honor del mítico CIBM… Y dos años después, la de orquestas; 2018 otra vez el CIBM y al año pasado, tres nuevos primeros galardones, CaixaBank, Diputación y la mítica Altea. Se va usted con el zurrón lleno…
¿Qué vértigo da mirar atrás verdad? Jajajaja. Pero al final la cuestión no es haber ganado seis certámenes. La cuestión es «hacer» banda y orquesta. Estoy seguro que habrá mas de 100 niños y niñas entre la banda y la orquesta que su primer certamen, que creo que es algo que nunca se olvida, ha sido conmigo al frente. Creo que no hay mayor privilegio para un director.
“Cullera es un paraíso musical y el Ayuntamiento está haciendo una gestión formidable”
Cullera es un icono del turismo, pero también un estandarte de la música, por su certamen nacional y por su certamen de música de cine, el concurso de violín… sus propuestas operísticas y sus festivales. ¿Queda en las gentes este marchamo musical del que los cullerenses están tan ufanos?
Cullera es un paraíso musical. La gestión que están haciendo desde el Ayuntamiento es formidable y se ve no solo en los resultados de premios, sino en la conexión social y cultural que existe en sus gentes. La cultura musical es algo que mima cada ciudadano.
“Las Sociedades Musicales Valencianas son posiblemente el mayor fenómeno musical y social que haya existido en la historia”
Se dice que las bandas valencianas son el elemento vertebrador más cohesionante del pueblo valenciano, sobre todo sobre el perfil uniforme de sus organizaciones internas, su proyección educativa y su competitividad. ¿Piensa que es así?
Las Sociedades Musicales Valencianas son posiblemente el mayor fenómeno musical y social que haya existido en la historia. Desde hace años se habla del fenómeno de «El Sistema» de Venezuela, pero en realidad no ha sido otra cosa que una copia de algo que lleváis (o llevamos…) haciendo los valencianos desde hace más 200 años. Y no es otra cosa que la «democratización de la música», donde en un local social, pagado por sus socios y músicos, se dan instrumentos, se enseña cómo tocarlos, y se reúnen para ensayar y tocar todos juntos. Daba igual que fueras labrador, recogieras naranjas, o fueras el rico del pueblo. Ahí todos se convertían en iguales y disfrutaban de su pasión. Tengo miedo de que ahora los chavales no conozcan los orígenes y lo que costó tener lo que hoy disfrutamos. Ahora muchas Sociedades Musicales y directores no quieren ir a Certámenes porque la asistencia a ensayos es menor que hace años, ya que ahora hay muchas más ofertas de ocio que nunca. Por eso, solo depende de nosotros «competir» contra esa mentalidad para, así, seguir manteniendo el nivel. Bueno, y luego están los locos como yo que hacen 3 Certámenes en un año… jajajajajaja
Cullera tiene otra gran sociedad, L’Ateneu Musical de Cullera ¿cómo ha sido su relación personal con la banda rival?
Espectacular. Son muchas veces las que he ido a almorzar a su sede invitado por sus músicos y si me he pedido un bocata, ha sido al que denominan «Ateneo». Y, recuerdo que la primera vez que fui me vino un músico mayor que tocaba la tuba llorando emocionado porque nunca ningún director de Santa Cecilia había ido allí a almorzar. Me enseñó la sede y al día siguiente quedamos allí para almorzar otra vez.
“Aquí he hecho los mejores amigos que una persona puede tener”
Personalmente también, ¿echará de menos la dinámica de una sociedad musical donde prima la formación, la educación, los jóvenes, los rasgos asociativos, la vinculación con las fiestas locales, la autoestima, la responsabilidad..? Seguro que se me olvida algo…
Desde luego que si. Aquí he hecho los mejores amigos que una persona puede tener. Todos los músicos me han enseñado, me han cuidado y mimado. He tenido la posibilidad de dirigir la inmensa mayoría de orquestas y bandas profesionales de España gracias a que los músicos me han recomendado a sus gerencias. Me han abierto hasta las puertas de su casa (vivo incluso en casa de un músico de la Sociedad al que ya considero mi padre) y me han enseñado a hacer paella (importante dato para los lectores, el arroz se sofríe…). Ayer mismamente varios músicos de la Sociedad cogimos los instrumentos y fuimos a tocar a las vaquillas en honor de las fiestas de Cullera. Nunca tocaré los platos como el Alcalde Jordi Mayor, pero no sabes lo bien que lo pasamos.
Usted ha ido acumulando una gran trayectoria; su juventud a la hora de avanzar con nuevos hitos parece alumbrar un gran futuro. ¿A qué aspira a corto plazo profesionalmente? ¿tiene algo entre manos?
Ahora mismo me queda disfrutar de la «traca final». Me quedan varios conciertos con la Orquesta y Banda en Cullera, y luego el regalo que quiero hacerles a los músicos, que no es otra cosa de que vuelvan a venir a mi ciudad, Soria. Será un día más que emotivo donde interpretaremos obras de Soria y Cullera. Esto será el 22 de septiembre, y dos semanas después haremos el mismo programa en el Teatro Monumental de Madrid. Y por petición de la Junta Directiva, mi titularidad terminará en el Concierto de Santa Cecilia en noviembre.
Aparte de eso tengo varias invitaciones a dirigir y a dar cursos de dirección. Una que me hace especial ilusión es volver a dirigir como invitado «La Pamplonesa» que es donde hice mi primer concierto como profesional. Además, vamos a abrir una escuela de dirección mensual en Sevilla que compaginaré con Florida aquí en Valencia. Y por ahora, no hay nada más. Bueno sí, queda lo más importante: devolver a mi hija las horas que no he podido compartir con ella desde que nació. ¿Hay mayor proyecto personal que este?