Nunca hasta ahora en Europa cobra mayor sentido celebrar el Día Internacional de la Paz, desde que fuera instaurado por la ONU desde 1981. Todos los años por unas razones u otras hay motivos sobrados para recordar al mundo que así no podemos seguir, con conflictos bélicos, escenas xenófobas en fronteras, racismo y maltrato de género.
Mientras el ser humano acometa sin pudor guerras y conflictos armados, la lluvia de fuego inundará más cerca que lejos nuestros hogares. Por eso hay que recordar los riesgos y el deseo de la inmensa mayoría de los habitantes de este planeta de que no es posible seguir así. Junto con el cambio climático es el mayor reto al que nos enfrentamos.
Efectivamente, el 21 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Paz. La Asamblea General de la ONU declaró esta fecha para dedicarla al fortalecimiento de los ideales de paz, a través de la observación de 24 horas de no violencia y alto el fuego.
Casa Mediterráneo se sumó a esta conmemoración el mismo miércoles 21 con un concierto de música clásica a cargo de una joven orquesta sinfónica integrada por una selección de jóvenes estudiantes de los diferentes conservatorios superiores de música de la Comunidad Valenciana y dirigida por Pascual Cabanes, expresamente configurada para este evento.
La actuación contó con la organización de Casa Mediterráneo, con un incremento de la actividad de todo tipo desde la llegada de Andrés Perelló a su dirección, y con la colaboración de la Escuela Superior de Música de Alto Rendimiento (ESMAR), la tienda de música Consolat de Mar de Benaguasil y el Ayuntamiento de Llíria.
El concierto tuvo lugar en Casa Mediterráneo a las 20 horas en una actividad abierta al público que contó con una extraordinaria asistencia y además fue emitido en streaming. También resaltar el interés del Manolo Civera, ex alcalde de Llíria, ciudad de la música, que desde ahora en su destino como director de la Agencia Valenciana de Protección del Territorio hizo posible que este concierto también tuviera lugar en Altura en homenaje a los titanes de la extinción del incendio de Bejís de este verano.
“La orquesta está formada para esta ocasión –es abierta, dependiendo del tipo de proyectos, repertorio o concierto- por unos 45 músicos. Es una plantilla amplia, una orquesta sinfónica. Se apuesta por la gente joven, con talento y calidad. Todos son estudiantes de entre 18 y 22 años de conservatorios superiores”, ha descrito Pascual Cabanes, su director.
Potente asistencia y magnífico y variado programa
Los asistentes que prácticamente llenaron el magnífico local de Casa Mediterráneo pudieron asistir a un programa de enorme interés, variado y en algunos casos conocido por el gran público, lo que hizo que fuera todavía más ameno.
Se demostró así que la música es un lenguaje universal que no precisa de traducción, y que es una herramienta para unir conceptos culturales y por lo tanto de acercamiento entre las sociedades en la búsqueda de la paz y la concordia.
El acierto de conmemorar el día de la Paz con música y con un concierto de música clásica tuvo el eco que se perseguía y tras unas palabras de Andrés Perelló, cuya síntesis aquí publicamos, se pasó a desarrollar un programa con valores universales.
Obertura “Una cosa rara” de V. Martin i Soler (4’).
Suite No.2 de Carmen de G. Bizet (12’).
Preludio. Aragonesa. Intermezzo. Seguidilla. Los dragones de Alcalá. Toreadores.
Danza Húngara No.5 de J. Brahms (4’).
Danza Eslava No.8 de A. Dvorak (4’).
Escena I (Introducción) Lago de los Cisnes de P.I. Tchaikovsky (4’).
Vals de las Flores (Cascanueces) de P.I.Tchaikovsky (7’).
Intermedio (La Leyenda del Beso) de Soutullo y Vert (4’).
Danza Ritual del Fuego (El Amor Brujo) de M. Falla (4’).
Intermedio (Baile de Luis Alonso) de G. Giménez (4’).
Fandango (Pasodoble) de A. Vives (3’).
Pascual Cabanes ha declarado al respecto del programa que “La música clásica es de gran importancia para el ser humano, ya que le permite expresar miedos, alegrías y sentimientos muy profundos de diverso tipo. La música permite canalizar todos esos sentimientos y por ello hemos conformado un programa alegre y divertido por la paz y la felicidad en el mundo, abierto a todo tipo de público y que combina diferentes compositores, estilos y periodos musicales. Además, el programa está secuenciado en el tiempo, desde el periodo clásico, comenzando con una obertura para abrir el concierto del compositor valenciano Martin i Soler, viajando por Europa con música del siglo XIX, hasta llegar a música de finales del siglo XX con obras de música española. En definitiva, es un programa muy ameno, abierto y popular para que todo el público pueda disfrutar de este día y conmemorar algo tan importante como es el Día Internacional de la Paz.”
El concierto de Casa Mediterráneo avaló por su calidad la enorme solvencia que existe entre los músicos valenciano, en continuo crecimiento, que establece además de la interpretación de música, en este caso clásica, la enorme responsabilidad social que la música, y los músicos tiene por proyectarla hacia aspectos sociales.
Que los sones continúen buscando la Paz.
“Hoy, más que nuncia nuestro llamamiento a la Paz a través de la música cobra más sentido”, Andrés Perelló, director de Casa Mediterráneo
“Casa Mediterráneo se suma a la celebración del Día mundial de la Paz ofreciendo una muestra de la manifestación cultural que más define a la nuestra tierra, la música. En esta cuenca mediterránea que tan solo representa el 1% de agua del Planeta, se concentran siglos de Historia, de Cultura ancestral, de Civilizaciones, guerras y conquistas…Y en estos momentos se sitúa el escenario de varios conflictos armados y diplomáticos. Quizás por eso nuestro llamamiento a la Paz en todo el Mundo cobra aún más sentido.
“Con una orquesta de jóvenes músicos procedentes de la Red de Conservatorios de la Comunidad Valenciana queremos recordar este día y ofrecer cultura frente a conflictos y música como única lengua que no necesita traducción por su carácter universal. Música de Paz en tiempos de turbulencia.
“No cejamos en nuestro empeño de que nuestro Mediterráneo sea algún día un “Mar de Paz y Tranquilidad” como lo define la Declaración de Barcelona. En esta ocasión lo decimos uniendo música y juventud. El resto del tiempo con nuestra actividad de diplomacia pública diaria con todos los países de la cuenca.
“Ojalá que el sonido de estos instrumentos sirva para calmar las ansias de poder de quienes tienen en sus manos los resortes para hacer del Mediterráneo un mar para la Paz y de la Tierra un planeta más amable y habitable.”