El periodista alza su voz sin temor a que la barbarie y el fanatismo decidan apagarla. Un salvaje vídeo difundido en internet a través de foros yihadistas mostraba la presunta decapitación del periodista estadounidense James Wright Foley, secuestrado en Siria en noviembre de 2012.
Ayer el terror se apoderó de Francia y conmocionó a toda Europa. Al menos dos de los tres autores del atentado penetraron a tiros a media mañana en la redacción del semanario satírico y progresista Charlie Hebdo y asesinaron a quemarropa a 12 personas, la mayoría miembros de la redacción, incluido su director, Stéphane Charbonnier, conocido como Charb.
“No tengo hijos, ni esposa, ni coche, ni crédito. Esto puede sonar un poco pomposo, pero lo cierto es que prefiero morir de pie que vivir de rodillas”. Esta es la rotunda afirmación que Stéphane Charbonnier, Charb, el director de Charlie Hebdo, hizo en septiembre de 2012 al rotativo Le Monde. Charb, fallecido en el atentado de este miércoles, estaba amenazado de muerte y, de hecho, vivía desde hace tres años con escolta.
Después de negarse a ceder a las amenazas por haber publicado, hace casi 10 años, unas caricaturas de Mahoma, la revista Charlie Hebdo no había cambiado ni un ápice su cultura de la irreverencia. El atentado cometido ayer no es solo un ataque contra la libertad de prensa y la libertad de opinión, es además un ataque contra los valores fundamentales de nuestras sociedades democráticas europeas.
EL primer ministro francés, Manuel Valls, informó hoy que la pasada noche varias personas fueron detenidas en relación con el atentado de ayer en París y que los dos principales sospechosos a los que se está buscando habían sido objeto de seguimiento por las fuerzas del orden. «Los servicios (secretos) los conocían y por eso se los seguía», señaló Valls en referencia a los hermanos Chérif y Said Kouachi, supuestos autores materiales del atentado.
Islamofobia en Europa
En los últimos tiempos, la población musulmana residente en Europa observa cómo la sombra de la sospecha se cierne sobre todo el colectivo con cada acto extremista. Los expertos alertan de un crecimiento de la islamofobia en el continente.
El brutal asesinato islamista de un soldado en Londres en 2013 disparó las agresiones a la comunidad de esa religión. Dentro del colectivo islámico, las mujeres sufren la mayor discriminación. El Colectivo Contra la Islamofobia en Francia asegura que entre un 70% y un 80% de las denuncias que recibe proceden de ciudadanas, en buena medida por el rechazo que genera el velo que suelen llevar. La Agencia de Derechos Fundamentales está realizando un estudio que se centrará en las trabas que encuentran estas mujeres para insertarse en las sociedades europeas.