Por Mamen Broch
Tu faceta como compositor es más desconocida y hace unas semanas anunciabas que dejabas de lado la interpretación para dedicarte por completo a la creación. ¿Cómo te inicias en el mundo de la composición?
Hace 12 años escribí la música para mi primer disco titulado UNO. Fue lo primero que compuse en mi vida. Para ello elegí una formación orquestal formada por 21 instrumentos. Lo compuse en Canadá, concretamente en la habitación de un hotel, ayudándome de una flauta travesera. Estaba de gira con Chano Domínguez, tocando en el espectáculo Flamenco Hoy de Carlos Saura. Dos años después, aproximadamente, pude reunir la producción necesaria para hacer realidad el disco. El primer día que ensayamos la música de UNO fue un día antes de la grabación, en la Jazz Cava de Terrassa. Cuando di la marca de entrada inicial, y después de escuchar los primeros compases, una corriente eléctrica indescriptible recorrió mi cuerpo. En ese momento entendí mi misión en la vida y encontré lo que siempre había estado buscando en la música: mi sonido.
A pesar de crecer con el saxofón y de haberme convertido en músico de jazz profesional a los veintipocos años, no me arrimé a la composición hasta los 28 años. Fue entonces cuando comprendí que tanto en mis años de formación, como cuando comencé a vivir de tocar, siempre había estado estudiando composición sin haberme dado cuenta. De pequeño una de mis aficiones era comprar guiones orquestales. Lo hacía para escuchar parte de la música que amaba a la vez que leía las notas que tocaban en las partituras. Me pasaba los días y las horas enganchado a esos libretos. El primer guion que llegó a mis manos recuerdo que fue el Requiem de Mozart. A partir de ahí llegaron los scores de Debussy, Mahler, Ravel, Falla, Stravinsky, Bartok, etc.
Por otro lado, tuve la experiencia de tocar diez años en una banda sinfónica increíble, me refiero a la Banda de Música Miraflores y Gibraljaire de Málaga, dirigida por mi maestro José María Puyana. Recuerdo ser muy estudioso, atento y aplicado en los ensayos, y siempre gozaba con las texturas, las segundas y terceras voces, la construcción armónica, las tímbricas, las sonoridades armónicas, los movimientos melódicos, los contrapuntos, etc. También nutrió mucho mi capacidad compositiva todos los cientos de proyectos en los que participé a lo largo de muchos años, con todo tipo de músicos, músicas, formaciones, ensayos, conciertos, viajes y experiencias vitales.
Actualmente cuentas con más de 100 piezas, ¿qué podemos encontrar en tu catálogo de composiciones?
En mi catálogo tengo actualmente 135 composiciones. Música orquestal: para orquesta sinfónica, conciertos para instrumentos solista y orquesta, para coro y orquesta, música para banda de música de todo tipo, sinfónica, con solistas, música popular, pasodobles, marchas, etc. Música para todo tipo de ensembles, para combos de jazz, para instrumentos solistas, música de cámara, para Big band, de todo. Llevo años “coleccionando” música, muchas de ellas estrenadas y otras muchas esperando a ser interpretadas.
¿Cuál es tu relación con la música sinfónica?
Lo que más me hace volar es la música orquestal. La música para orquestas, para bandas de música, para ensembles, me aportan una libertad expresiva y una cantidad de recursos y elementos sonoros que no encuentro de ninguna otra forma. La riqueza tímbrica, textural, armónica y melódico-rítmica que puedo utilizar en dichas formaciones me hacen muy feliz. Llevan a mi imaginación a un universo paralelo muy profundo y mágico.
Siempre he sido muy melómano, tuve épocas de conexiones muy fuertes con el impresionismo francés, con el neoclasicismo y con el expresionismo. También tuve periodos donde me empapé de mucho repertorio sinfónico original para banda. Mi sueño es vivir de la composición para este tipo de formaciones. Estoy deseando que se empiece a conocer mi música orquestal y bandística, creo que es lo mejor que puedo ofrecer al universo.
Este año, La Artística te ha encargado una de las obras que se interpretarán en el Mano a Mano, ¿cómo te llega el encargo de esta obra? ¿Conocías el Mano a Mano?
Pues me llega un día que estaba comiendo espetos de sardinas en un chiringuito de Málaga con mi familia, y recibo una llamada de Mario Ortuño. No nos conocíamos personalmente y nunca habíamos coincidido o hablado. Cuando Mario me dijo que conectaba mucho con mi música, que seguía mi trabajo y sería un honor que escribiera una obra de estreno para La Artística de Buñol, y para abrir el Mano a Mano 2023, pensaba que era una broma. Entendía que podía conocer mi faceta como músico de jazz, la cual es por la que soy popular. Pero no sabía cómo había conocido mi faceta compositiva orquestal. Quizás por las obras que me encargaron y estrenaron las Bandas Municipales de Música de Vitoria, Barcelona y Bilbao (fue lo que pensé). El caso es que ese día me hizo la persona más feliz del planeta. Era algo con lo que llevaba soñando desde hacía mucho tiempo y te explico por qué. El Mano a Mano es el escaparate perfecto para que el mundo internacional de las bandas de música conozca mi trabajo compositivo. Por otro lado, iba a componer música para una de las mejores bandas sinfónicas que existen, la cual admiro desde que era pequeño. Sabía que escribiera lo que escribiera lo iban a interpretar a la perfección, y le iban a poner todo el amor del mundo a mi música en el montaje y en la actuación. Es decir, va a ser una interpretación sublime, cosa difícil de encontrar hoy día. Además, se iba a grabar con una calidad de audio e imagen de una categoría superior. Y para colmo, me lo iba a pasar en grande escribiendo e imaginando esos sonidos, con libertad expresiva y artística máxima.
“He compuesto música para una de las mejores bandas sinfónicas que existen, que admiro desde que era pequeño”
Desde el primer momento que me llegó el encargo, supe que es mi gran oportunidad para entrar de lleno en el mundo de la composición bandística. Veremos qué pasa con el estreno y si genera el impacto con el que sueño. Como anécdota te cuento que, al día siguiente de la llamada de Mario, por la mañana, le envié la introducción de la obra en audio y partitura, con eso te haces una idea de la ilusión que supone para mí este primer encuentro con La Artística de Buñol.
¿Cuál es la forma musical de esta obertura y la estética que has utilizado en la composición?
Será la obra que abrirá la propuesta de La Artística en el Mano a Mano de 2023, pero no tiene forma de obertura. No quiero avanzar mucho sobre la obra porque mi deseo es que el estreno sea una experiencia auditiva única para los espectadores que se den cita en Buñol. Te diré que en esa obra he puesto todo mi intelecto y mi corazón, en esa música suena el sonido de Ernesto Aurignac.
Has bautizado la pieza como “Arlequín”, ¿por qué este nombre?
Porque está basada en la vida de un payaso. En sus luces y sus sombras. En su brillantez y su miseria. En lo que ven en él cuando actúa y en lo que no se ve. La vida de un payaso, con la dualidad vital de dentro del escenario y fuera del escenario. Es la representación fiel y artística de lo que padecemos todos los seres humanos en nuestro propio escenario, la vida.