En las Fallas de Valencia tiene lugar un cómputo de ingredientes que se juntan y sin los cuales esta tradicional fiesta no tendría cabida. La capital durante las fiestas josefinas se viste de gala: las calles huelen a pólvora, los monumentos falleros junto con los trajes colorean el paisaje deslumbrante en esta época y, como colofón, no podían faltar las bandas de música que con sus melodías transmiten y representan el sentir de una ciudad.
La música es ese elemento estrechamente ligado a las Fallas, tanto como la pólvora. Pues en las calles y plazas de la capital podemos escuchar el ruido de los petardos a la luz del alba y a la puesta del sol, lo mismo ocurre con las bandas de música, que dan el toque de alegría por las calles y que llevan a la gente tanto a cantar las canciones más tradicionales como “la manta al coll” y, que todo buen valenciano conoce, como a bailar durante horas en un pasacalle.
Las Fallas que cuenta con una tradición de siglos de historia, durante el siglo XX, escuchó por primera vez lo que se ha convertido en un himno para las fiestas, el pasodoble “El Fallero”. Compuesto por el maestro Serrano y tocado por primera vez el 18 de marzo de 1929.
Muchos años son ya los que las bandas de música acompañan a los falleros en las despertàs, pasacalles, la ofrenda… Todo para amenizar los recorridos y dar alegría y ritmo a la fiesta. El binomio perfecto que existe desde antaño entre Fallas y música, como era de esperar ha cambiado en algunos aspectos pero la esencia es la misma.
Según nos explica un músico veterano, Juanfran Rivero: “las bandas de música siempre con los uniformes de gala y sus gorras tocaban al son del bombo los pasodobles. Esos trajes han ido evolucionando para ser más funcionales y adaptarse a los nuevos tiempos e incluso se viste muchas veces con polos y camisetas con el nombre de la banda. Lo mismo ha ocurrido con el repertorio, aunque hay cosas que no cambian, los pasodobles como Amparito Roca, Paquito El Chocolatero, Els preparats… y las canciones populares valencianas son insustituibles, pero las bandas han ido ampliando el repertorio con nuevos pasodobles y las canciones de los cantantes más de moda del momento. Esto antes era impensable, sólo se tocaban pasodobles y muy relacionados con las fiestas. Con esto se ha dado lugar a un repertorio musical que se adapta al tipo de acto que se celebre: en la cabalgata se tocan mayoritariamente canciones populares valencianas y otras que estén de moda, en cambio durante la ofrenda se escucharán los pasodobles más tradicionales”. Afirma Rivero que también se ha producido un gran cambio en cuanto a los grupos de bandas, antes eran colectivos grandes donde iban a tocar toda una banda de música, ahora son grupos mucho más pequeños en su mayoría, las llamadas xarangas.
Las bandas de música no se asocian únicamente a los días más marcados de las fiestas, sino que también participan de los actos preliminares: la cabalgata, la elección de las Falleras Mayores, la cridà… Incluso con el paso del tiempo se ha introducido un acto de antesala a las fiestas donde las bandas toman gran protagonismo. El 2004 tuvo lugar la primera Entrada de Bandas de Música, en la actualidad ya cuenta con once ediciones. Las bandas desfilan por las calles de Valencia y terminan el recorrido tocando todas al unísono el pasodoble “El Fallero”. Este acto se celebra el día de la cridà, sirve para dar el pistoletazo de salida a las Fallas.
Un total de aproximadamente 300 bandas participan en las fiestas josefinas de la capital valenciana y de sus pueblos. En los tiempos que vivimos el ingenio se ha agudizado y algunos pueblos pequeños adelantan (o atrasan) las fiestas falleras de sus municipios para que los músicos de la localidad vayan a tocar a la capital los días 17, 18 y 19 de marzo y de esta manera lo puedan hacer también en su pueblo. Según apuntan, es sólo una cuestión económica. Así, pues, digamos que viven las Fallas y sus fiestas por partida doble.
24 horas de un músico en Fallas
Los músicos viven las fiestas durante 24 horas, a las 7:00 horas empiezan con la despertà y después del recorrido mañanero junto con los falleros que tiran los masclets, les toca comer un buen almuerzo para entre las 11:00 y las 12:00 horas realizar el pasacalle de medio día en el cual las fallas se visitan unas a otras y las xarangas alternan la música. A la 13:00 ya estarán todas en la misma plaza del Ayuntamiento para amenizar la espera hasta que sea hora de uno de los momentos más esperados por los falleros y los visitantes, la mascletà. Después de un merecido descanso para los labios, la espalda, las manos… hacia las 17:00 empezarán a calentar motores en el casal fallero para el siguiente acto. Cada falla marca sus tiempos así que dependerá de ésta el horario en el que terminen. Después las bandas son sustituidas por discomóviles y orquestas, los músicos más enérgicos seguirán con la fiesta pero sin sus instrumentos. Para ellos esto no significa sólo un trabajo, más que de una obligación se trata de vivir las Fallas desde dentro y de un modo diferente.