Melos inició su andadura con un concierto a cargo del Carr-Petrova Duo que abordó un programa de música de cámara (viola y piano) con las obras del primer cd, Novel Voices [Nuevas voces], que ha publicado el sello discográfico. En el acto, se hizo la presentación de este proyecto, dirigido por el pianista valenciano Josu de Solaun, celebrada ayer en la Sala Clemente Pianos de Valencia que registró un gran aforo para la ocasión.
El sello tiene como objetivos recuperar el patrimonio musical y ser una plataforma de apoyo de la excelencia de músicos españoles y jóvenes talentos, y de promoción y difusión de la música contemporánea y de vanguardia, así como una herramienta con la que De Solaun pueda compartir sus proyectos más personales, que no grabe en los sellos con los que trabaja habitualmente: Naxos, Audite e IBS Classical, y difundir los de intérpretes a los que admira.
Esta es una de las primeras iniciativas del concertista al trasladar su residencia, después de 20 años, de EE UU a España, y forma parte de su voluntad por desarrollar vínculos con su país. De Solaun, único español que ha ganado el Concurso de Piano George Enescu de Bucarest y el Concurso Internacional de Piano de Valencia Premio Iturbi, en el que forma parte del comité asesor bajo la dirección artística de Joaquín Achúcarro, tiene previsto editar para Melos en 2020 un disco en el que el concertista valenciano interpretará Totentanz y el Concierto 1 y 2 de Franz Liszt con la Orquesta Sinfónica de Moravia (República Checa) que se grabará en marzo.
Totentanz es una obra para piano y orquesta, también conocida como Danza macabra, que está inspirada en la melodía del canto gregoriano Dias Irae [Día del juicio] y en la muerte, tema por el que los compositores románticos sentían especial fascinación. De Solaun ya afrontó este concierto el 17 de octubre pasado con la Filarmónica Paul Constantinescu de Ploiesti (Rumanía), dirigida por Jonathan Pasternack, con el reconocimiento del público y la crítica.
Música como catarsis
La violista norteamericana Molly Carr y la pianista búlgara Anna Petrova, tras comentar su trabajo en la mesa de presentación con el periodista César Rus y De Solaun, abordaron el concierto con obras maestras de Rebecca Clarke, Mieczyslaw Weinberg y Aram Khachaturian, compositores del siglo XX que se enfrentaron a múltiples desgracias y adversidades pero utilizaron la música como catarsis para encontrar su lugar y su voz en tierras extranjeras. Weinberg y Aram Khachaturian fueron víctimas del genocidio nazi y armenio, y la compositora británica Clarke, mientras sufrió un ambiente musical machista en EE UU, le regaló al mundo una sonata para viola y piano que se ha convertido en una de las obras maestras del siglo y un ícono del instrumento de cuerda.
Voz para refugiados
Carr y Petrova, vinculadas a Valencia por su labor docente y la dirección artística en la Escuela Internacional de Música Alberto Jonás, fundada por De Solaun, toman de su Proyecto Nuevas Voces el título para este disco, iniciativa de las intérpretes, que pretende dar voz y visibilidad a los refugiados y poblaciones desplazadas a través de la música y el cine. La labor de esta organización sin ánimo de lucro fue reconocida por la ONU en 2018.
Las músicas interpretaron algunas de las obras del cd, en las que tres sonatas para clarinete y piano de Weinberg han contado con los arreglos para viola de Julia Rebekka Adler, en un concierto muy celebrado por el público asistente. La obra Novel Voices de Fernando Arroyo Lascurian, que cierra el disco, es una composición inspirada en los viajes realizados por Carr y Petrova a campamentos de refugiados y programas de apoyo en EE UU, Europa y Oriente Medio, en el que realizaron conciertos y talleres, además de escuchar, aprender, documentar y grabar sus historias.
Arroyo, un joven compositor mexicano, utilizó las conversaciones y encuentros como base para una magnífica obra musical para viola y piano en la que entrelaza diferentes paisajes sonoros, a modo de mosaico, de las culturas ancestrales de los niños que conocieron: desde la música árabe hasta la de Afganistán, Bulgaria, Chechenia, Irak, Irán, Kuwait, Siria, y su México natal. La composición consta de tres movimientos: Historias y sueños, Danza de incertidumbre, Llamada y oración, para dar a los refugiados y sus historias una voz musical que son la banda sonora de este trabajo discográfico.