El Certamen Internacional de Bandas Ciudad de Valencia, considerada como la competición más prestigiosa del mundo en su categoría y la más antigua de todo el mundo, sigue desvelando los detalles relativos a su edición número 132, que se celebrará el próximo mes de julio en el Palau de la Música de la capital del Túria.
Así, a falta de conocer el nombre de los participantes, y cuando el periodo de inscripción continuará abierto hasta el próximo día 26 de enero, los organizadores han dado ya a conocer las obras obligadas por cada sección y que han sido firmadas por tres compositores valencianos de primer nivel y por el director belga Bart Picqueur.
Precisamente Piqueur firma la obra que interpretarán las bandas de la Sección de honor, las formaciones más grandes, que se las tendrán que ver con la “Sinfonietta #1”, que además se estrenará mundialmente en este certámen. Esta pieza es un resúmen de la primera Sinfonía del mismo compositor, encargada por la banda KRKA de Eslovenia. En ella se ha mantenido la estructura de los movimientos originales, pero el material se ha reducido al mínimo estricto. Sin embargo el resultado no es un enlace de fragmentos de la sinfonía original, sino una nueva composición bien equilibrada con respecto para los principios de forma y desarrollo. Los cuatro movimientos recibieron subtítulos evocadores y todos sin excepción representan cualidades generales como la artesanía, el amor, el humor y la unidad, todo lo necesario para construir una gran banda. Esta forma de cuatro tiempos hace referencia a la sinfonía clásica. Así el primer tiempo es de construcción muy formal (forma de sonata), el segundo tiene un tema lírico, el tercero ‘Humor’ tiene un relación clara con el ‘scherzo’, y la obra se termina con un final grandioso con un coral de órgano.
Por su parte, las agrupaciones participantes en la Sección Primera del CIBMV tendrán que interpretar como obra obligatoria la partitura “Joglaresca” del compositor de Catarroja Francisco Bort Ramón, que está inspirada en las diferentes situaciones que vive una pandilla (o troupe) de juglares de la época medieval. Concebida como una sola pieza, esta composición se divide en siete episodios (o partes) cada una de las cuales nos acerca un poco al ambiente en que aquellos artistas ambulantes ejercían su profesión. Así, cada episodio está introducido por una pequeña explicación en la partitura, aunque todos ellos son de fácil reconocimiento, por su contraste, en la audición de la obra. La obra está dedicada a Teresa Marí, mujer del autor, y fue estrenada por la Banda Municipal de València, con su director Fernando Bonete al frente, en el Palau de la Música el 27 de mayo de 2012.
Para las bandas de la Sección Segunda, en cambio, se ha elegido una obra que recuerda la figura del poeta Miguel Hernández, y que está firmada por el también compositor valenciano Vicente Ortíz Gimeno. La obra lleva por título “Un deber de amor” y fue la ganadora del concurso de composición “Homenaje a Miguel Hernández”, organizado por el Ayuntamiento de Castuera (Badajoz) en julio de 2010, como celebración del primer centenario de su nacimiento. La pieza, de 15 minutos de duración, fue estrenada por la banda municipal de Castuera bajo la dirección de Marco A. González, y aunque no se trata de una obra programática, está inspirada en el poeta y dramaturgo oriolano, reflejando tres aspectos fundamentales: guerra, amor y vida. La primera sección, con rítmos irregulares, compases dispares, disonancias y melodías fragmentadas, hace alusión a la participación de Miguel Hernández en la Guerra Civil y las dificultades que sufrió para desarrollar su faceta como escritor. Una segunda sección melódica y apasionada, con melodías líricas y pasajes corales, nos acerca a los amores que influyeron en la vida personal e inspiraron a su vez la creatividad del poeta. La última sección, recoge el espíritu del poeta por luchar por sus ideales a pesar de las dificultades que sufre y todos los obstáculos que debe superar en su corta vida.
Por último, las agrupaciones participantes en la Sección Tercera tendrán que interpretar como obra obligada el “Saggitarius”, del compositor de Almansa Guillermo Ruano. Se trata de una obra inspirada en El Rey de los centauros, en la que la música tiene un carácter heroico con forma A-B-A. La composición descubre un tema principal que se va desarrollando continuamente originando nuevas melodías, armonías y ritmos en forma de marcha, simulando el trote del centauro. Todo esto, contrasta con momentos más repuestos y cantables que sumergen al espectador en un mundo de fantasía.
A estas composiciones, habrá que sumar las obras de libre elección que elegirán las participantes y que se decidirán en un sorteo que tendrá lugar el próximo 6 de febrero y que se traducirá en un programa de primer nivel que se alargará del 20 al 22 de julio.