La Orquesta Sinfónica de Peñíscola, puso ayer el punto y final al certamen de música clásica de Peñíscola, una cita que se ha convertido en toda una referencia en su estilo y que durante cerca de dos semanas ha llenado de música clásica algunos de los espacios más emblemáticos de la ciudad.
Así, des del pasado día 13 de septiembre, cuando se inauguró este ciclo, algunos de los mejores intérpretes del momento han dejado oir su música en la ciudad gracias a un programa que este año ha llegado a su XXXII edición.
En esta última actuación prevista en el ciclo, la OSP logró cautivar a un entusiasmado auditorio que vibró con el excelente repertorio escogido para la ocasión y en el que los contrabajistas Matthew Baker y Gianluca Tavalori actuaron como solistas.
La sinfónica peñiscolana estrenó, por primera vez en Europan la pieza “Toccata for Matt”, del compositor valenciano Andrés Valero-Castells, quien además asistió ayer como público al concierto. Los músicos también interpretaron “Passione Amorosa” de Giovanni Bottesini, y un concierto para dos contrabajos compuesto originalmente para orquesta de cámara y transcrito por encargo para la OSP por Juan Luís Roig Colom. El concierto finalizaba con la Sinfonía nº 7 en La Mayor op. 92 de Ludwing van Beethoven.
Fundada en el año 2005 por Salvador García Sorlí, como formación de carácter profesional dentro del seno de la asociación musical Verge de l’Ermitana de Peñíscola, la formación fue la encargada de poner el broche de oro a un certamen que ha conseguido mantener su calidad a lo largo de los últimos 30 años.
El propio Salvador García Sorlí, director de la OSP y del Ciclo de Música Clásica, destacó «la apuesta de las administraciones local y provincial por la música», y agradeció al público que confía cada año en el certamen porque «sin duda son nuestro mayor éxito».