La Joven Orquesta Sinfónica de la FSMCV cerró, ayer domingo un ciclo de tres conciertos que han servido para certificar la consolidación definitiva de un proyecto musical que en su tercer año de vida ha demostrado el alto nivel de calidad del que gozan los jóvenes intérpretes valencianos.
Y es que esta formación, integrada por jóvenes músicos seleccionados de entre las más de 500 sociedades musicales que existen en toda la Comunuitat Valenciana, cerró con un éxito absoluto en el Palau de las Música, su serie de tres conciertos con un repertorio arriesgado, en conmemoración del año Shakespeare, y dedicado a Romeo y Julieta; un mismo tema de compositores tan distintos como Chaikovski o Prokófiev que ha puesto de relieve el saber hacer de los músicos y directores que forman parte de este proyecto.
Al frente de este proyecto se encuentra el valenciano Cristóbal Soler, uno de directores con mayor proyección nacional e internacional del momento, que se ha encargado de guiar este proyecto pedagógico, artístico y social que nació para fomentar y potenciar el estudio y la práctica de los instrumentos de cuerda en las 547 escuelas de música de las sociedades musicales de la Comunidad Valenciana.
La iniciativa, que arrancó hace tres años, empieza a dar sus frutos, en base a un pormenorizado método de trabajo. “Se seleccionan a los músicos más talentosos de las sociedades musicales para crear la orquesta de la FSMCV. Es una orquesta de músicos con mucho talento a nivel individual y lo que se pretende es aportarles algo muy necesario para ellos: no solo es importante esa práctica individual de trabajar horas en casa todos los días, sino darles la herramienta para algo muy importante, que es el formar parte de una orquesta”, asegura Soler.
El maestro desvela los ingredientes principales para crear una buena orquesta, y es que además de ser un buen músico, “para formar parte de una orquesta de calidad, de nivel excelente, el compañerismo, el repertorio, la exigencia personal, son las claves que ellos deben de saber, que directamente con esa excelencia individual como músico y como persona, se mejora el nivel del grupo”. Con ello se pretende que el talento musical valenciano se afiance, llegue al nivel que se merece y salga a la luz como referente. En este tercer año de la Joven Orquesta Sinfónica de la FSMCV se cierra un ciclo, ya que los objetivos con los que se fundó están cumplidos. “Ahora, con esta nueva temporada, comenzamos uno nuevo”, comenta Cristóbal Soler.
Otro objetivo de la JOS es el de dar la oportunidad a grandes solistas de participar en citas únicas. En el concierto del Palau de la Música, fue el violinista Manuel Serrano Lledó, concertino las dos temporadas anteriores de la JOS de la FSMCV el elegido, aunque en los conciertos anteriores han sido otros los intérpretes seleccionados.
La línea de la FSMCV, con la creación de este gran proyecto, es fomentar el repertorio orquestal dentro de las sociedades musicales y dar una oportunidad a los jóvenes músicos que la componen de pertenecer a una agrupación de alto rendimiento.
Como novedad, este año, se ha querido dar oportunidad a jóvenes directores que nacen de las sociedades musicales de la Comunidad Valenciana, como son los directores asistentes Beatriz Fernández, Daniel Gómez, Juan Bautista Pérez y Robert Ferrer, que han participado tanto en las clases individuales y ensayos como en los conciertos celebrados, con gran éxito, en Cocentaina y Teulada, a principios de septiembre.