La música en particular y la cultura en general no son, en ningún caso, patrimonio exclusivo de las ‘humanidades’ tal y como cabría pensar. Como ejemplo, el de la Universidad Politécnica de Valencia, que ha puesto en marcha distintas iniciativas relacionadas con la música. Desde su Coro y la Banda Sinfónica de la UPV, pasando por los diferentes actos culturales que se programan, hasta su Máster en Música, configuran una universidad que, tal y como explica su rector, Francisco J. Mora Mas, no sólo centra sus esfuerzos en las importantes tareas docentes e investigadoras.
-La tradición musical en general y la de las bandas en particular, es una de les manifestaciones culturales más arraigadas en la a la Comunitat Valenciana. ¿Qué importancia cree que tiene la música en el conjunto de la sociedad d valenciana?
No cabe duda de que su influencia es fundamental, ya que son muchas las personas que se hallan vinculadas a su práctica. Creo que es muy difícil encontrar otra comunidad en la que esta relación sea tan estrecha y prolífica, tanto a niveles cuantitativos como cualitativos.
-Las universidades en general, y también la propia UPV, se han convertido en los últimos años en unos promotores culturales de primer orden. ¿Qué iniciativas se han puesto en marcha en relación a la música?
La actividad universitaria comprende, cada día más, actividades que no sólo se centran en el desarrollo de las tareas docentes e investigadoras. De hecho, las universidades son un motor cultural de primer orden, puesto que se encuentran muy próximas a un público, el de nuestros estudiantes, que se muestra muy proclive a participar en este tipo de iniciativas. Desde la Universitat Politècnica de València hemos intentado satisfacer esta demanda con planteamientos abiertos y plurales, de ahí que nuestra oferta musical comprenda un amplio abanico de estilos y tendencias. En primer lugar, prestamos una especial atención al jazz a través de la realización de ‘Novembre’, festival que llevamos programando desde hace más de veinte años. Junto a esta iniciativa, también destaca el respaldo que otorgamos a nuestro Coro, al Grupo de Cámara y, finalmente, a la Banda Sinfónica. En todas estas agrupaciones que dependen directamente de la UPV la participación de la comunidad universitaria es fundamental, en especial, en lo que afecta a nuestro alumnado. Por último, acabamos de iniciar este mismo año el proyecto ‘Àgora Sound. Músiques del segle XXI’, destinado a difundir la música de grupos emergentes cuyas propuestas destacan por su innovación sonora.
-El Orfeón o el Máster en Música de la UPV son otras propuestas que también funcionan. En su universidad. ¿Qué acogida tienen entre los propios estudiantes y el público en general?
Las actividades musicales que organizamos siempre suelen lograr una acogida muy positiva. Este hecho no sólo lo hemos constatado con los conciertos que habitualmente programamos, sino también con las actividades musicales que, sin una periodicidad prefijada, incluimos en nuestra programación. En relación al Máster de Música, cabe señalar que se trata de un máster de investigación de carácter oficial que se viene realizando ininterrumpidamente desde la implantación de los posgrados en la UPV (curso 2006-2007). Con cerca de una treintena de profesores y profesoras y 60 créditos, el máster posee una demanda constante, y ha llegado a tener amplias listas de espera. En la actualidad su alumnado es muy diverso, aunque atiende básicamente a estudiantes procedentes de los Conservatorios.
-La música se ha convertido en una salida profesional para un buen número de jóvenes valencianos. ¿Cree que hay realmente una oferta suficiente en lo relacionado con la enseñanza musical?
A nivel público y, especialmente, privado existe una oferta que puede ser considerada como destacable. Ahora bien, su diversidad no debe llevarnos a posiciones conformistas ni autocomplacientes. Como representante de una instancia educativa pública, pienso que cualquier iniciativa que amplíe y mejore la oferta institucional debe ser siempre muy bien recibida.
-En los últimos años, las enseñanzas musicales y artísticas están perdiendo peso respecto a otras materias. ¿Piensa que la educación musical debería tener una mayor importancia en el currículum de los estudiantes?
Vivimos en sociedades tecnológicamente avanzadas que, debido a la gran prestación de servicios que ofrecen, requieren la formación de profesionales altamente cualificados. Reconocer esta circunstancia, sin embargo, no debe hacernos perder de vista un hecho sustancial: la educación no sólo se sustenta en la transmisión de un conjunto de destrezas y técnicas, sino en la consolidación de una serie de valores. En otras palabras, informamos y formamos, y esta conjunción requiere partir de una visión integral de la persona. Si tenemos en consideración lo apuntado, es evidente que la educación musical, especialmente a edades muy tempranas, contribuye de manera muy destacada a esa educación holista a la que me refería, de ahí su indudable importancia formativa.
-La calidad de los músicos e intérpretes valencianos pasa por ser una de las reconocidas a nivel internacional. ¿A qué piensa que se debe este alto nivel que abunda en la Comunitat Valenciana?
Una cualificación de esta índole sólo se puede conseguir a través de un esfuerzo colectivo y compartido. Al respecto, el interés social que existe por la música en al ámbito valenciano deriva de una voluntad colaborativa que, sustentada en el trabajo individual y en el apoyo institucional público y privado, ha llevado a que proliferen agrupaciones y sociedades musicales por todo nuestro territorio y que ello, sin duda alguna, haya influido en esa alta cualificación a la que alude.
-¿Echa en falta diferentes iniciativas que permitan poner en valor la importante tradición musical valenciana?
En este caso sucede algo similar a lo que apuntaba con anterioridad. Con independencia de las acciones emprendidas, cualquier otra iniciativa que permita acrecentar e intensificar los medios y actividades existentes, ha de ser valorada de un modo muy positivo.
-Una de estas iniciativas que ya está en marcha pasa por el hecho de que las más de quinientas sociedades musicales valencianas sean reconocidas como Patrimonio de la Humanidad. ¿Piensa que este sería un reconocimiento merecido para un fenómeno con siglos de historia?
Es evidente que este reconocimiento es algo más que merecido. El apego de nuestra cultura al fenómeno musical responde a una necesidad que, como puede deducirse de lo apuntado, no puede ser soslayada. Creo, además, que a través de esta vía se contribuiría de manera determinante al reforzamiento de una tradición de la que podemos sentirnos especialmente orgullosos.